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Tratar y erradicar el virus de la Hepatitis C (VHC) en personas también infectadas por VIH no produjo cambios significativos en su densidad mineral ósea, al menos a medio plazo, y es que así se desprende de un estudio multicéntrico realizado por expertos pertenecientes a GeSIDA (Grupo de Estudio del SIDA de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica), y bajo la coordinación del Dr. Juan Berenguer, del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid y el Dr. Juan González-García, del Hospital Universitario La Paz.
Presentados en el marco de la Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections (CROI), considerado uno de los principales encuentros científicos sobre VIH del mundo y que se está celebrando esta semana en Seattle (Estados Unidos), los resultados del estudio plantean que el exceso de osteoporosis y de fracturas encontrado en pacientes coinfectados por ambos virus (VIH/VHC) en comparación con pacientes infectados únicamente por VIH, pueden deberse probablemente a diferencias en hábitos de vida y factores nutricionales entre ambas poblaciones, y no a un efecto directo del propio VHC sobre el hueso.
Hasta ahora se desconocía por completo si la infección crónica por VHC, por sí misma favorece el desarrollo de osteoporosis
La relevancia del estudio es grande para la comunidad científica, ya que hasta ahora se desconocía por completo si la infección crónica por VHC, por sí misma favorece el desarrollo de osteoporosis. En palabras del Dr. Juan Berenguer, “en algunos estudios retrospectivos se ha observado que las personas coinfectadas por el VIH y el VHC tienen más riesgo de osteoporosis y de fracturas que las personas infectadas únicamente por el VIH. El mecanismo no se comprende bien y podría deberse tanto a la mayor frecuencia de cirrosis entre las personas coinfectadas por VIH/VHC que en aquellas infectadas únicamente por VIH como a un efecto directo del propio VHC sobre el hueso”
En la investigación, pautas basadas en interferón en el 79% y pautas con fármacos orales libres de interferón en el 21%, fueron los “pilares” en los que se basó el tratamiento de la Hepatitis C
En concreto, para poder realizar el estudio, fueron reclutados pacientes coinfectados por VIH/VHC que comenzaron un tratamiento frente al VHC en 13 centros de distintas Comunidades Autónomas de España entre los años 2012 y 2014. Hasta un total de 160 pacientes, en su mayoría de sexo masculino (74%) y con una edad media de 49 años participaron en la investigación. Un 74% de los pacientes afirmó haber consumido drogas inyectadas en algún momento de su vida; el 46% tenía cirrosis hepática; el 68% eran fumadores y solo el 3% refería un consumo elevado de alcohol en el momento de ser incluidos en el estudio.
Pautas basadas en interferón en el 79% y pautas con fármacos orales libres de interferón en el 21%, fueron los “pilares” en los que se basó el tratamiento de la Hepatitis C. Un total de 102 pacientes (64%) consiguieron una respuesta viral sostenida (RVS) equivalente a la curación de la Hepatitis C.
Durante el desarrollo del estudio, al inicio del tratamiento de la Hepatitis C no se detectaron diferencias entre respondedores y no respondedores en ninguna característica sociodemográfica, peso, tabaquismo o consumo de sustancias y tampoco en la densidad mineral ósea de la columna lumbar o cuello femoral ni en la distribución de las diferentes categorías (normal, osteopenia, osteoporosis). Además, tampoco fueron encontradas diferencias en los cambios de densidad mineral ósea desde el inicio del tratamiento hasta el segundo año de iniciado éste ni en la columna lumbar ni en el cuello femoral entre respondedores y no respondedores. “Es muy posible que esta asociación entre la infección por VHC y la osteoporosis sea espuria y no tenga nada que ver con el VHC, dado que algunos hábitos de vida y factores nutricionales que pueden favorecer la osteoporosis son más frecuentes en personas con hepatitis crónica C que en personas sin hepatitis crónica C”, afirma el Dr. Berenguer.
Finalmente, no hubo diferencias en la proporción de pacientes con cambios en las categorías de densidad mineral ósea (normal, osteopenia, osteoporosis) desde el inicio del tratamiento hasta el segundo año después de su inicio ni en la columna lumbar ni en el cuello femoral.
