..María Vargas. Directora de Relaciones Institucionales de iSanidad.
“Al carro de la cultura española le falta la rueda de la ciencia”, expresó en su día el Dr. Santiago Ramón y Cajal. Si bien no nos encontramos en el mismo contexto científico que cuando el premio nobel expresó esta frase, todavía nos queda camino que recorrer en la investigación científica y, especialmente, en la investigación sobre la primera causa de muerte de nuestro país: el cáncer.
La convocatoria de 2018 de proyectos de investigación contra el cáncer sufrirá un recorte aproximado del 25%
Según ha indicado la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA), la convocatoria de 2018 de investigaciones contra el cáncer, que está siendo evaluada en estos momentos por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, sufrirá un recorte aproximado del 25%. Ante este porcentaje, me viene irremediablemente una cifra a la cabeza: 52.874, las muertes producidas por los tipos de cáncer más mortíferos en 2017, como son el pulmón, el colon, el páncreas, la mama y la próstata.
Estos números me han producido tristeza e incomprensión, y se me han venido a la cabeza varias personas implicadas en este -25%: los investigadores que no van a poder desarrollarse profesionalmente en nuestro país, las familias de esos investigadores que van a ver cómo su hija/hermano/novia/amigo tiene que coger un avión al extranjero, los grupos de investigación que verán reducido irremediablemente su nivel de estudios y prestigio nacional e internacional, la cantidad de enfermos que indirectamente se verán afectados por esos recortes, las familias de esos enfermos que verán la falta de alternativa, los médicos que expresarán, seguramente con rabia y tristeza, “hasta aquí hemos llegado”.
Países vecinos como Francia y Alemania invierten (ojo, no gastan) dos y tres veces más, respectivamente, en investigación científica.
Increíble me parece que países vecinos como Francia y Alemania inviertan (ojo, no gasten) dos y tres veces más, respectivamente, en investigación científica. ¿En qué posición queremos situarnos cuando hablemos de nuestra capacidad de investigación y de asumir responsabilidades para con los pacientes?
Apostemos por nuestros profesionales, por nuestros pacientes. Hagamos que esos aviones que hace que tanto unos como otros se tengan que tomar con trayectoria extranjera por falta de oportunidades, sea exclusivamente para complementar la propia formación o para obtener una segunda opinión. Reflotemos nuestros aviones, impulsados por el motor de la ciencia y de los pacientes.