..Cristina Cebrián / Elena Santa María.
Realizar un seguimiento a domicilio de pacientes frágiles para tomar las mejores decisiones clínicas ya es posible. El madrileño Hospital de Getafe puso en marcha hace unos meses el proyecto FACET. Un sistema online para realizar el seguimiento de pacientes frágiles o mayores mediante la instalación de sensores en sus viviendas. Así, los médicos pueden tener en todo momento los datos necesarios para tomar decisiones. El Dr. Leocadio Rodríguez Mañas, jefe de servicio de Geriatría del Hospital de Getafe, comenta con iSanidad las características del proyecto.
¿En qué consiste el proyecto FACET, puesto en marcha en el Hospital de Getafe?
Este proyecto surge a través de una iniciativa conjunta en la que participamos el Hospital de Getafe, la Universidad Politécnica de Madrid, Abbott y GMV. Con el fin de hacer un consorcio para utilizar tecnología ya existente. Así reorganizándola de una nueva manera, podemos prestar la atención a personas mayores en riesgo de fragilidad o que ya son frágiles.
Se puede tener la información relevante sin molestar a los pacientes frágiles en su domicilio
¿Cómo facilita la plataforma de medicina no presencial el seguimiento de los pacientes?
De alguna manera, la plataforma está concebida como una especia de doble círculo. Por una parte está la detección no invasiva de una serie de variables muy importantes, como la velocidad de la marcha, potencia y peso. Con toda esa información se genera una base de datos que, por un sistema de ayuda en la toma de decisiones, informa al paciente, al cuidador principal y a los servicios sanitarios.
De modo que se puede tener la información relevante, sin molestar a los pacientes frágiles en su domicilio. Para que el clínico responsable de su atención y monitorización tenga en todo momento los datos necesarios para tomar decisiones.
¿De qué forma se evalúan los datos?
Nosotros hemos diseñado unas alfombras que se colocan en el pasillo del paciente y, cada vez que camina a través de este, automáticamente se mide la velocidad de la marcha. Por otro lado, tenemos diseñada una balanza donde, al pesar al paciente, transmite la información del peso al dispositivo que tenga. Puede ser desde una tablet hasta un teléfono. Es decir, hay una serie de variables muy importantes desde el punto de vista clínico que recoge el sistema a través de sensores.
Las variables recogidas tienen capacidad pronóstica e incluso diagnóstica, de la aparición de nuevas alteraciones
Con todo esto se genera, mediante algoritmos, una serie de sistemas de conocimiento de la evolución de los pacientes. A su vez, esto da lugar a información para el clínico. De modo que este, en tiempo real, puede tomar la decisión oportuna. Las variables que se recogen sabemos que tienen capacidad pronóstica e, incluso en algunos casos, diagnóstica, de la aparición de nuevas alteraciones en las personas.
¿Qué recomendaciones sobre hábitos de vida se da a estos pacientes?
Primero, el sistema es capaz de generar alguna información. Además, como el médico es informado, también puede generar recomendaciones por sí mismo. Son recomendaciones terapéuticas que van desde los fármacos que toma hasta el tipo de actividad del paciente. En este caso, hay dos cosas en las que el proyecto FACET se ha centrado más. Una es la actividad física, mediante un programa de ejercicio físico y la otra es la nutrición. Enseñamos no solo qué comer sino cómo comer, e incluso cómo procesar los alimentos.
Mediante esos algoritmos, si el sistema detecta que algo va mal, saltará una alerta en el ordenador del médico
¿De qué forma está influenciada la relación médico-paciente con esta tecnología?
Cuando el médico ve a un paciente en consulta y le dice que vuelva en unos tres o cuatro meses, ese tiempo no deja de ser una caja negra. No sabemos muy bien qué está pasando. Con este sistema, sin entrar en la intimidad del paciente, podemos obtener, de manera absolutamente regular, la información que sea necesaria.
De modo que, mediante esos algoritmos de ayuda a la decisión, si el sistema detecta que algo va mal, saltará una alerta en el ordenador del médico. Después, este decidirá si esa alerta es significativa o no. También si tiene que hablar con el paciente o decirle que vaya a la consulta. Es decir, evita que la relación entre médicos y pacientes no sea tediosa y, además, la hace mucho más eficaz.
¿Por qué el Hospital de Getafe lidera la investigación sobre envejecimiento y fragilidad en Europa?
Porque somos los mejores (Risas). Desde hace muchos años llevamos haciendo y liderando muchos proyectos de investigación, financiados por Europa. Estamos acostumbrados a coordinar muchos equipos y grupos de investigación. Como consecuencia natural de algunos hallazgos, surgieron muchas de las ideas que ahora mismo estamos implementando en FACET.
Los pacientes frágiles cuentan con muchas vertientes y una de ellas es el desarrollo de modelos asistenciales
A la hora de encontrar el consorcio que pueda hacer realidad la idea que se nos ocurrió, lo que hemos hecho es añadir a algunos de los socios que ya teníamos otros socios, fundamentalmente tecnológicos. Estos nos permitieron aportar ese plus de tecnología que necesitábamos para poner en funcionamiento un programa de monitorización y seguimiento de pacientes frágiles o en riesgo de fragilidad. Nuestro tema de investigación es la fragilidad, pero tiene muchas vertientes. Una de ellas es el desarrollo de modelos asistenciales.
¿Qué es más importante, vivir más o vivir mejor?
Clarísimamente vivir mejor. Sobre todo porque vivir más se está poniendo cada vez más complicado. Hemos alcanzado expectativas de vida que están cercanas ya al máximo biológicamente posible. Seguir intentando aumentar la expectativa de vida probablemente es un esfuerzo vano. No se puede aumentar mucho más la expectativa de vida. Pero lo que sí sabemos es que todavía hay mucho trayecto a recorrer para mejorar la calidad de la vida vivida.
Estamos poniendo mucho énfasis en evitar que la discapacidad desaparezca
Cuando uno habla de calidad de vida en personas mayores está hablando de autonomía funcional. Lo que más interfiere con la calidad de vida de las personas mayores es la dependencia. Depender de otro para cualquier cosa. Una de las cosas en las que estamos poniendo mucho énfasis es, más que en revertir la discapacidad, evitar que esta aparezca. Imagine que en vez de dependencia estábamos hablando de cáncer. La fragilidad sería el cáncer en sus etapas iniciales, donde se puede curar.
La discapacidad sería un poco ya el cáncer metastásico, donde también se puede curar. Pero en muchas ocasiones eso no es tan fácil de hacer. Nosotros pensamos que lo razonable es trabajar en estadios precoces del proceso de deterioro funcional. Por eso nos hemos enfocado en la fragilidad.