..Elena Santa María.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha publicado los resultados de una encuesta que pone de manifiesto la vulnerabilidad de los profesionales sanitarios ante las agresiones. De hecho, el 69% de los encuestados revelaba que no conoce el funcionamiento de los protocolos de agresiones de su centro. Además, un 75% admitía no haber recibido ningún tipo de formación sobre el manejo de situaciones violentas.
Policía Nacional puso en marcha la aplicación AlertCops, especialmente útil para el profesional que necesite pedir ayuda cuando está sufriendo una agresión durante, por ejemplo, una visita domiciliaria. El problema es que el 91,2% de los profesionales desconoce la existencia de esta aplicación.
Un 75% admitía no haber recibido ningún tipo de formación sobre el manejo de situaciones violentas y sobre los protocolos de agresiones
La frecuencia de las agresiones se ha ido incrementando en nuestro país. En los últimos cinco años, ocho de cada diez sanitarios sufrieron alguna agresión. El 70,3% de los encuestados reconoció haber sufrido agresiones verbales, mientras que el 10,6% sufrió agresiones físicas. María, enfermera en una planta de psiquiatría, ha sufrido las dos. Por la más grave de ellas estuvo cuatro meses de baja. “no podía coger un vaso de agua, no podía abrir una puerta, no me podía lavar el pelo…eso sin contar el miedo de que te vuelva a pasar”.
El CSIF también denuncia que un 49,6% de los encuestados no denunció la agresión. El problema, reveló la enfermera, es que tras una denuncia no hay consecuencias. Aunque reconoció que “de un tiempo a esta parte están saliendo más casos y la gente se va sensibilizando”. Pero insistió en que “cuesta mucho porque parece que está permitido”.
En los últimos cinco años, ocho de cada diez sanitarios sufrieron alguna agresión
Este hecho agudiza que los profesionales agredidos sufran consecuencias en su salud laboral. Según datos del estudio, hasta un 12% precisaron de apoyo psicológico, mientras que un 7% tuvo que acogerse a una baja laboral.
“Mi familia en muchos casos me ha dicho que abandone, que deje de trabajar en el servicio que estoy porque tienen miedo. Pero a mí me gusta donde estoy, me gusta ser enfermera y sigo por ese motivo. Es verdad que la gente no lo entiende, porque no entienden que te dediques a cuidar y que recibas golpes” concluyó María.
