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Cuando se habla acerca de la transformación digital del sector de la salud no solo hay que hacer referencia a la tecnología o la ciencia de datos, sino también a cómo crear un modelo más sostenible de cara al futuro. A menudo las organizaciones invierten de forma considerable en lo digital sin pensar más allá. Un hospital, por ejemplo, destina millones de euros en trasladar los archivos de sus pacientes a la nube. En cambio, una empresa farmacéutica hace lo mismo a la hora de ganar peso en la omnicanalidad o en redes sociales. Sin duda, son avances importantes, pero no suponen ningún cambio de modelo de negocio o innovación.
A menudo las organizaciones invierten en la transformación digital sin pensar más allá
Alonso//Poli, consultora de transformación que ayuda a las empresas a afrontar grandes cambios y procesos de innovación, asevera junto con su partner Duval Union Consulting en su estudio The Future of Healthcare que la transformación digital solo se efectúa cuando el producto o solución, de la mano de la tecnología o la digitalización, cambia las reglas del mercado. Antes de poner el foco en lanzar una nueva aplicación, una solución digital orientada a salud o tratar de aplicar la ciencia de datos, conviene preguntarse el porqué de lo que se está haciendo y qué cambios se deben afrontar.
En este contexto de reconversión, son varios los cambios que están emergiendo en el ámbito del cuidado de la salud. El estudio ha identificado seis tendencias que están redefiniendo el sector. Además, entre la empresa y el cliente surgen nuevos jugadores dispuestos a comerse un trozo del pastel. Y no necesariamente se trata de empresas emergentes con ideas disruptivas, sino de grandes grupos tecnológicos con una base de usuarios descomunal.
La transformación digital solo se efectúa cuando el producto o la solución cambia las reglas del mercado
En primer lugar, el cliente está en constante sintonía con la prevención de enfermedades y con el cuidado diario de la salud. La recopilación de información variada como la dieta; el peso; el sueño; la presión arterial; el estrés o la frecuencia del ritmo cardíaco, entre otros. Todo ello, mantiene alerta al usuario y le ayuda a detectar y prevenir múltiples problemas. Mientras las herramientas de diagnóstico continúan desarrollándose y evolucionando. Los gigantes tecnológicos son los que están liderando la economía preventiva de la mano de sus dispositivos electrónicos. Un ejemplo es Apple, que cuenta con servicios enfocados a la salud que se apoyan en su abanico de productos.
En segundo lugar, la industria avanza hacia la prestación de atención multidisciplinar centrada en el paciente. Esto desemboca en una necesidad enorme de interconectividad entre diferentes actores. Así como de disponer de más profesionales del cuidado de personas a medida que la población envejece y requiere de mayor atención. En este terreno gana peso la telemedicina, que es la prestación de servicios médicos a distancia a través de sistemas de redes y comunicaciones. Esta opción ayuda a reducir los tiempos de espera de forma significativa, aumenta la satisfacción del paciente y permite a los cuidadores trabajar de forma más efectiva.
Otra tendencia se basa en el hecho de que el cuidado de la salud pasa a ser periódico y personalizado. Cada vez más personas rechazan el servicio tradicional, aislado e intermitente, y optan por uno basado en la continuidad y la coordinación. Se trata de una atención que incluso se recibe en el propio hogar. Esta atención resulta útil tanto para las personas con un estilo de vida ajetreado como para los ancianos. La sociedad demanda la visita de los especialistas; el uso de tecnologías de comunicación y telemedicina; las prescripciones electrónicas y la entrega a domicilio de medicación. Son elementos interesantes para ofrecer servicios rápidos y eficientes zonas con mucha población.
Cada vez más personas rechazan el servicio tradicional, aislado e intermitente
Si no hay cura, no hay pago. Los proveedores de atención médica se están alejando de los cobros centrados en el volumen y están virando hacia un modelo que establece el valor en proporción a lo que reciben los pacientes. Esta tendencia va en contexto del aumento de los costes; los presupuestos limitados de los clientes; el envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades crónicas. Esta idea busca aprovechar de forma más efectiva el importe pagado por el paciente. Como consecuencia, este tipo de innovación contractual puede dar pie a modelos en los que un tratamiento solo se paga una vez demostrados los resultados.
En quinto lugar, la medicina personalizada se presenta como una tendencia clave para el futuro del cuidado de la salud. Se trata de pasar del concepto de ‘prueba y error’, en el que el tratamiento se basa en un análisis aproximado, al medicamento correcto, a la dosis oportuna y en el momento que toca. Las nuevas tecnologías y las apps médicas permiten hacer un seguimiento del paciente en tiempo real, con una mejora constante del trato de la información. El análisis de datos y los algoritmos predictivos también resultan de gran utilidad.
Por último, existe el reto de reducir intermediarios en la cadena de valor. Los administradores de beneficios farmacéuticos (PBM, por sus siglas en inglés) son contratados por compañías de salud para negociar los precios directamente con los fabricantes de medicamentos, haciendo de nexo entre usuarios, laboratorios, aseguradoras y farmacias. De acuerdo con el estudio, estos actores han creado incentivos para que los fabricantes pongan un precio alto a los medicamentos, ya que eso se traduce en mayores ganancias para los PBM. Esto no es más que un indicativo de los problemas sistémicos que deben resolverse en el sector.