..Elena Santa María.
Hace unos días un juzgado de Oklahoma condenó a una farmacéutica a pagar una indemnización de 572 millones de dólares por contribuir a fomentar la crisis de los opioides. El juez, Thad Balkman, consideró que la compañía contribuyó a crear un “perjuicio público” por su promoción engañosa de analgésicos adictivos. La compañía ya ha anunciado que apelará la sentencia.
El aumento de las muertes por sobredosis de opioides llevó al gobierno estadounidense a declarar esta crisis como una emergencia de salud pública en 2017. Desde el 2000 hasta esa fecha, murieron en el país norteamericano casi 400.000 personas por sobredosis. Tras Estados Unidos, Canadá, Alemania, Dinamarca y Austria son los países en los que más opioides se consumen.
El aumento de las muertes por sobredosis de opioides llevó al gobierno estadounidense a declarar esta crisis como una emergencia de salud pública en 2017
En España también ha aumentado el consumo de estos analgésicos. Sin embargo, es difícil que se produzca una crisis como la de Estados Unidos. Lo es por varias razones. En primer lugar, el aumento en el consumo no se traduce en un aumento de las adicciones. La razón del aumento del consumo se debe al envejecimiento de la población y de los pacientes oncológicos, puesto que se utilizan como analgésicos para tratar el dolor. Los opioides suelen utilizarse en las Unidades de Dolor, en las que existen un control férreo y un registro de cada medicamento que entra y se consume.
Otra diferencia con Estados Unidos es el sistema sanitario. En nuestro país los pacientes con adicciones acceden al sistema, puesto que este está en condiciones de absorber la demanda existente. Por el contrario, en Estados Unidos el acceso es más complicado, ya que deben disponer de aseguramiento. De hecho, la mayoría de casos de sobredosis en EE.UU. se producen fuera del circuito sanitario. Mientras que la “Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España 2017-2018” afirma que el 95% de los pacientes que consumen opioides en España se encuentra controlados por su médico.
La razón del aumento del consumo se debe al envejecimiento de la población y de los pacientes oncológicos
Pero sin lugar a duda, la principal diferencia son los controles y protocolos sobre los medicamentos. En el año 2015, el Ministerio de Sanidad reunió a todas las sociedades médicas relacionadas con el dolor. En dicha reunión llegaron a un consenso sobre prácticas seguras para el uso de opioides en pacientes con dolor crónico. Por lo que actualmente existen unas directrices claras sobre cómo y cuándo se deben prescribir.
Además, existe un sistema de autorregulación en la Industria Farmacéutica que se materializa en el Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica. Un código cuyo cumplimiento está supervisado por la Unidad de Supervisión Deontológica (USD) y que se revisa anualmente. A partir de 2016, las compañías farmacéuticas publican las transferencias de valor a profesionales y organizaciones sanitarias, una muestra más de la transparencia del sector.
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