..Juan Abarca Cidón. Presidente de la Fundación IDIS.
Recientemente hemos tenido oportunidad de conocer las más de trescientas medidas de gobierno planteadas por el partido socialista, entre ellas las correspondientes al capítulo de Sanidad, 24 medidas (quince nuevas respecto a las nueve presentadas en julio por la presidenta del partido) que tienen un fin: alcanzar un pacto que le permita gobernar con una cierta estabilidad.
Estando de acuerdo en la necesidad de avanzar en el servicio que dé nuestro sistema sanitario al conjunto de la población -lo cual no creo que sea una cuestión de progresismo sino de solidaridad y responsabilidad social- me voy a detener en tres aspectos: el primero, más general pero de profundo calado, el de la viabilidad y sostenibilidad de un sistema sanitario público; el segundo, el relativo al replanteamiento de las fórmulas de colaboración público-privadas; y finalmente, el que toca de lleno a la incorporación de la innovación a nuestro sistema.
El 1% del PIB no solventa los graves problemas por los que atraviesa el sistema
Con respecto a la viabilidad y sostenibilidad de nuestro sistema sanitario, a nadie puede extrañar que, con todas sus bondades, en este momento pasa por una situación complicada en aspectos clave como son la equidad, la cohesión, el acceso -en cuanto a demoras se refiere- y, por supuesto, en lo relativo a un atributo capital que es el de la financiación. En este aspecto creemos que incrementar un punto sobre el PIB sin duda es positivo, porque denota que existe conciencia política de que el sistema está infrafinanciado, pero entendemos que esa cantidad es insuficiente y apenas podría cubrir el desfase entre presupuesto y gasto real que tienen buena parte de las comunidades autónomas.
Es decir, el 1% del PIB no solventa los graves problemas por los que atraviesa el sistema, en voz de expertos y profesionales. Si sumamos esto a los déficits en la financiación sociosanitaria, se necesitaría al menos el 2% de incremento para cubrir toda la demanda a la que se pretende dar cobertura. Todos tenemos la obligación de dejar un legado sostenible a las generaciones futuras y debemos velar por que un Sistema Nacional de Salud como el nuestro preserve y proyecte aquellos aspectos clave reflejados en la Ley General de Sanidad. Bien es cierto que esta pretensión supone un reto de dimensiones hercúleas si pretende hacerse en solitario y dando la espalda ideológicamente a la aportación de valor de un sector privado que a través de su presencia en España con 266.728 profesionales y 460 centros (58% del total de los hospitales y 32% de las camas existentes en España) contribuye a la mejora de la accesibilidad de la población a la atención sanitaria generando una actividad más que significativa: el 30,9% de las intervenciones quirúrgicas, el 23,7% de las altas y el 24,1% de las urgencias, por ejemplo.
Cabe la posibilidad de contar con el sector privado para complementar la oferta sanitaria de las técnicas más novedosas
El segundo aspecto al que me gustaría referirme es el de la revisión de las fórmulas de colaboración público-privada a través del análisis y valoración de la Ley 15/1997 de habilitación de nuevas formas de gestión del Sistema Nacional de Salud. Se trata de un aspecto que, de llevarse a cabo, debería contar con todos los agentes implicados, sin apriorismos, si realmente se quiere encontrar una solución que contemple y tenga en cuenta todos los recursos disponibles del sistema independientemente de su titularidad. Y con respecto al último punto, relativo a la implementación de la innovación, se echa de menos una apuesta decidida no solo por la agilización en las aprobaciones e impulso de las nuevas terapias provenientes de la investigación farmacéutica, sino también acerca de la renovación del parque tecnológico de nuestros hospitales públicos con la adquisición estratégica y sinérgica de tecnologías de última generación. No obstante, y relacionado con el punto anterior, también cabe la posibilidad de contar con el sector privado para complementar la oferta sanitaria de las técnicas más novedosas, que durante estos últimos años ha ido incorporando el sector privado, a medida que lo iban demandando sus usuarios.
Situaciones graves como la que atraviesa nuestro sistema público de salud requieren de la implicación de todos
Por supuesto hay otros aspectos clave, como por ejemplo la adecuación de las infraestructuras a la realidad sociosanitaria motivada por la deriva sociodemográfica, la mejora de las condiciones laborales de los profesionales sanitarios o la adecuación de su número a la realidad sanitaria de nuestro país.
En definitiva, situaciones graves como la que atraviesa nuestro sistema público de salud requieren de la implicación de todos buscando soluciones integrales, planteando reformas de calado y estratégicas, y no parches que contribuyen a paliar una situación a corto plazo. Nuestro sistema precisa soluciones que lo afiancen y proyecten en el presente y en el futuro ya que lo hemos construido con mucho esfuerzo todos los españoles; un modelo que no es gratuito, y que, por lo tanto, exigimos que sea eficiente y efectivo a la hora de aplicar recursos y obtener resultados.