..Cristina Cebrián.
La cobertura de vacunación en nuestro país goza de buena salud. Sin embargo, todavía queda margen de mejora. Al menos, esa es la conclusión que hacen la Comisión Europea y la OCDE en su informe sobre el perfil sanitario de España. En concreto, señala que la cobertura de vacunación entre los niños y las personas mayores “puede mejorar”.
Tras analizar los datos obtenidos de la OCDE y del European Observatory on Health Systems and Policies, se observa que la vacunación infantil frente al sarampión se mantiene por encima del objetivo del 95% de la OMS. En cambio, esa cobertura es más baja para otras enfermedades infecciosas. De hecho, en 2018 la cobertura de vacunación contra la difteria, tétanos, tos ferina y hepatitis B permanecía por debajo de dicho umbral.
En 2018 la cobertura de vacunación contra la difteria, tétanos, tos ferina y hepatitis B permanecía por debajo del objetivo del 95% de la OMS
En cuanto a la vacunación de personas mayores, el informe refleja que, en 2017, el 56% de los mayores de 65 años tenían puesta la vacuna contra la gripe. La cifra se encontraba por encima de la media europea, donde esa cobertura llegaba al 44%. A pesar de todo, Europa advierte de que la tasa de vacunación frente a la gripe descendió en casi 10 puntos porcentuales en la última década. Se aleja así del objetivo marcado por la OMS de llegar al 75% de las personas dentro de ese grupo de edad.
Para mejorar la cobertura vacunal entre todos los grupos de edad así como para aumentar la coordinación nacional, en 2018 se acordó un calendario común de vacunación. De hecho, ya se está aplicando en todas las comunidades autónomas. Este calendario incluye la administración sistemática de vacunas para la prevención de catorce enfermedades infecciosas y se basa en los la evidencia científica disponible. Además, contiene recomendaciones para la vacunación de personas en situación de mayor riesgo por enfermedades crónicas.
El aumento de la esperanza de vida en España puede deberse a una considerable reducción de las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares
Esperanza de vida en España, la más alta de Europa
Los datos comparativos sobre la esperanza de vida en Europa dejan a España en buen lugar. Tanto, que nuestro país tiene la esperanza de vida más alta de la UE y su desigualdad social en materia sanitaria es menos pronunciada que en muchos otros países.
En concreto, desde el año 2000 la esperanza de vida creció más de cuatro años. Así, en 2017 se alcanzaron los 83,4 años de media. En comparación con el resto de países europeos, supone una diferencia de 2,5 años por encima de la media. Según explican los expertos en el informe, esto se debe principalmente a una considerable reducción de las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares. En cambio, la mortalidad por la enfermedad de Alzheimer aumentó como consecuencia de alargarse la esperanza de vida.
También existe una brecha de género ya que la esperanza de vida de los hombres en España ha aumentado con mayor rapidez que la de las mujeres. Aunque sigue siendo bastante amplia: 5,5 años frente a los 5,2 de la UE.
El aumento de la esperanza de vida refleja una importante consecuencia como es el aumento de enfermedades crónicas y de discapacidades
En nuestro país las desigualdades sociales con respecto a la esperanza de vida siguen existiendo, aunque son menores que en otros países europeos. Por ejemplo, la esperanza de vida a los 35 años en hombres con un nivel educativo más bajo es de más de cuatro años menos que en el caso de los hombres con los niveles educativos más elevados. En mujeres, esta diferencia es menor, ya que se sitúa en torno a los dos años.
Esta brecha puede explicarse, según el informe, por la diversidad en la exposición a los distintos factores de riesgo. Por ejemplo, las tasas de tabaquismo y de obesidad son más elevadas entre los hombres y las mujeres con un nivel educativo bajo. También refleja diferencias en los niveles de ingresos y en el nivel de vida que afectan a la exposición a otros factores de riesgo.
Por último, el aumento de la esperanza de vida refleja una importante consecuencia como es el aumento de enfermedades crónicas y de discapacidades. Esto supone un incremento de la demanda de los sistemas sanitarios y de cuidados a largo plazo. Casi el 60% de los españoles de 65 años o más padece al menos una enfermedad crónica, y más de uno de cada cinco sufre alguna limitación en las actividades de la vida diaria.