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El hospital MD Anderson Cancer Madrid cuenta con una nueva Unidad de Trasplante Hematopoyético con un protocolo para el tratamiento con altas dosis de quimioterapia y autotrasplante de progenitores hematopoyéticos en régimen semiambulante y un programa específico diseñado para facilitar este trasplante autológo a personas que residen fuera de Madrid. Además, la nueva unidad nace con la vista puesta más allá de trasplantes autológos y alogénicos. El objetivo del hospital es poder ofrecer terapia CAR-T.
La unidad cuneta con un programa para facilitar el trasplanta autológo a personas que residen fuera de Madrid
Así, el hospital ofrecería tres principales opciones terapéuticas en cáncer hematológico. “En trasplante autólogo la herramienta es la quimioterapia. En el trasplante alogénico es el nuevo sistema inmune y en la terapia con células CAR-T son los linfocitos T reeducados del propio paciente”, recuerda doctor Adolfo de la Fuente, jefe del Servicio de Hematología de MD Anderson Cancer Center Madrid.
Para desarrollar el programa que facilita el trasplante autólogo a personas que viven fuera de Madrid, según explicó el Dr. De la Fuente, el hospital está “trabajando en la coordinación de protocolos con distintos centros que no tienen disponibilidad para realizar este trasplante”. El programa permitirá que, una vez que vuelven a casa, “el seguimiento posterior de su evolución pueda hacerlo el mismo equipo que lo estaba tratando en su ciudad de origen”.
La Unidad de Trasplante Hematopoyético nace con la vista puesta en poder ofrece terapia CAR-T
El trasplante autólogo y el alogénico constituyen dos estrategias totalmente distintas. Por ello, se ofrecen o contemplan en diagnósticos y situaciones diferentes. “Mientras que en el trasplante autólogo no existe un donante y el paciente es el protagonista de todo el proceso, en el trasplante alogénico sí existe un donante. Por ello, es necesario hacer estudios de compatibilidad antes de iniciar el proceso”, explica el doctor.
Así, en el trasplante autólogo, se extraen progenitores hematopoyéticos del paciente; es decir, las “células madre” justo antes de su diferenciación a células de la sangre, para procesarlas en el laboratorio. Una vez preparados, los progenitores hematopoyéticos se infunden de nuevo en el paciente tras un proceso de intensificación con altas dosis de quimioterapia. “Tras aplicar dosis elevadas de quimioterapia, rescatamos a la persona con sus propias células para repoblar su médula ósea y que comience de nuevo la producción normal de hematíes, glóbulos blancos y plaquetas”, señala el doctor.
La Unidad de Trasplante Hematopoyético de MD Anderson trabaja en la coordinación de protocolos con distintos centros que no tienen disponibilidad para realizar este trasplante
Por su parte, el trasplante alogénico no centra su intención curativa en la quimioterapia. Al contrario, la quimioterapia sirve para preparar al paciente que va a recibir las células de un donante. También para ayudarle a que la anidación de estas células se realice correctamente. “Son estas células del donante las que, una vez infundidas en el paciente, poblarán la médula ósea. Reconstruirán el sistema inmune, lo que se llama el efecto injerto contra enfermedad”, destaca este especialista. El problema fundamental aquí es que se produzca el efecto injerto contra huésped; es decir, que las células infundidas y el nuevo sistema inmune rechacen al paciente.