..Juan Pablo Ramírez.
La crisis del Covid-19 sacó a la Dra. Blanca Cantos del día a día en su consulta de oncología. Como muchos médicos, esta oncóloga del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda se ha tenido que reconvertir para hacer frente a la urgencias que ha generado el coronavirus. En una situación desesperada, su hospital reorganizó el trabajo en 11 grupos de control en los que se han integrado especialistas de todo tipo.
La Dra. Cantos es responsable de uno de estos grupos. Una de las tareas más complicadas es la formación sobre un virus hasta ahora desconocido. “Los primeros días pasaba la planta y por la tarde me ponía a estudiar como una loca”, explica la especialista. Su especialidad le ha facilitado también la tarea. “Dentro de las especialidades médicas, probablemente los oncólogos manejamos mucha parte de interna y por eso han ido tirando también de nosotros”, admite.
Este modelo de organización busca integrar a especialistas de diferente índole en un mismo equipo. De este modo, todos se pueden beneficiar de los conocimientos de sus compañeros. “Es muy fácil consultar y poner los problemas en común cuando tenemos alguna duda. La situación es muy novel para todos”, explica.
Como muchos médicos, esta oncóloga del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda se ha tenido que reconvertir para hacer frente a la urgencias que ha generado coronavirus
Los servicios de Medicina Interna y Neumología han puesto también a disposición de los profesionales un protocolo de manejo clínico “basado en el SARS previo y con lo poco que se iba conociendo de los datos de China”. En el equipo de la Dra. Cantos hay, por ejemplo, un cardiólogo, una figura que aporta un papel clave en el aspecto de la anticoagulación. Los neurólogos también han jugado un rol importante. Se han descrito casos de cefaleas, de casos de Guillain-Barré e incluso encefalitis. “Afrontamos complicaciones que incluyen varios órganos y varios especialistas. Todos aportamos nuestro granito de arena”, destaca.
Esta reorganización ha permitido aliviar la carga de los especialistas de medicina interna que no podían hacer frente al aluvión de pacientes con Covid-19. Más de 60 médicos adjuntos y sus residentes dedican sus esfuerzos al coronavirus. “En los controles hay internistas pero también hay urólogos, ginecólogos, traumatólogos y todo el mundo trabajando igual”, explica el jefe de Sección de Medicina Interna del Puerta de Hierro, el Dr. Juan Antonio Vargas.
Dr. Vargas: “En los controles hay internistas pero también hay urólogos, ginecólogos, traumatólogos y todo el mundo trabajando igual”
Las infraestructuras del hospital también han sufrido una transformación. “Hemos multiplicado por 10 las camas asignadas a pacientes de medicina interna y las infecciosas por un número aún mayor”. El hospital ha puesto en marcha una nueva UCI que ha permitido incrementar su capacidad de pacientes UCI un 16%. “Nosotros tenemos capacidad en la UCI para 60 pacientes pero tenemos capacidad como para 70. Se ha hecho una UCI nueva y esa UCI no se ha llenado todavía”, añade el Dr. Vargas.
Los datos del Ministerio de Sanidad muestran un descenso de la presión. Esa sensación existe también el Hospital Puerta de Hierro. “Necesitamos que haya un ritmo menor de contagios porque es fundamental que se puedan dar altas de la UCI y que dejemos un hueco para que puedan subir otros pacientes”, destaca la Dra. Cantos.
Dra. Cantos: “Dentro de las especialidades médicas, probablemente los oncólogos manejamos mucha parte de interna y por eso han ido tirando también de nosotros”
Aún es pronto para bajar la guardia. Diferentes casos en el mundo han generado ciertas dudas sobre la posibilidad de que existan recaídas o incluso reinfecciones. La primera parece hoy más probable. “Cabe la posibilidad que pueda ocurrir la reinfección o que pacientes que hayan pasado la enfermedad puedan tener un poquito de rebrote, sobre todo de la parte inflamatoria. Lo que estamos viendo es que el virus se controla pero lo que hay que controlar, y es lo que mata al paciente realmente, es la respuesta inflamatoria al virus”, destaca el Dr. Vargas.
En este contexto, el médico no puede parar el proceso de investigación y de formación. De hecho, el hospital se encuentra inmerso en diferentes ensayos clínicos. Uno de ellos es con suero hiperinmune. Pero el trabajo no queda ahí. “Estamos haciendo la experiencia técnica, la recopilación de casos. Si hay eventos trombóticos, los recogemos, cuál es la incidencia. De esto vamos a aprender todos”, añade la especialista.
El drama que se está viviendo en los hospitales deja también una experiencia positiva: “Se ha vuelto a producir ese espíritu de hospital en el que trabajamos todos a una. Hay un espíritu muy global. La actitud de todo el personal ha sido maravillosa”, concluye la Dra. Cantos.
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