Los probióticos sustentados por la evidencia científica, alternativa en síndrome de intestino irritable

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..Redacción.
Los probióticos se han convertido en una alternativa para paliar los síntomas de los pacientes con síndrome de intestino irritable (SII). El surgimiento en los últimos años de estos productos sanitarios y complementos alimenticios viene a cubrir carencias en una patología que afecta a cerca del 15% de la población española. Esta enfermedad tiene un impacto significativo en la economía española, siendo la segunda causa de absentismo laboral después del resfriado común.

Según datos de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), el SII tiene una mayor prevalencia en mujeres de entre 20 y 50 años. Sus síntomas son dolor abdominal, hinchazón, flatulencia, diarrea y estreñimiento. Sin embargo, tan solo el 15% de los pacientes con estos síntomas acude a la consulta de su médico. Por ello, resulta fundamental el papel de los profesionales médicos, especialmente de atención primaria, para concienciar sobre esta patología y ofrecer los diferentes tratamientos disponibles.

Existen ensayos clínicos en los que estos probióticos han demostrado eficacia en el tratamiento del síndrome de intestino irritable

Asimismo, el SII es una patología que, con un adecuado interrogatorio durante la consulta médica, va a permitir un correcto diagnóstico y evitar que se confunda con otras patologías. Sólo en aquellos pacientes donde se requiriese un diagnóstico diferencial como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), celiaquía o una inadecuada absorción de lactosa, sería necesario hacer pruebas complementarias. En el caso de pacientes mayores de 50 años, también se recomienda la realización de una colonoscopia para descartar causas mayores.

La correcta selección del probiótico
Existe hoy una amplia variedad de probióticos en el mercado, pero no todos son eficaces. Cuando este tipo de productos irrumpió en las farmacias e incluso en los supermercados, la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) publicó un documento con una serie de recomendaciones. Entre ellas, advertía que solo se adquirieran aquellos que presentaban el género, especie y nombre de la cepa. Este documento de consenso ponía de manifiesto que un microorganismo puede calificarse como probiótico cuando demuestre científicamente que produce efectos beneficiosos en la salud de las personas.

“El uso de probióticos sugiere ser una conducta beneficiosa en el tratamiento de enfermedades gastrointestinales como síndrome de intestino irritable y enfermedad inflamatoria intestinal”

Tanto el especialista como el médico de atención primaria juegan un papel clave en la selección del mejor probiótico en función de cada paciente. Otros tratamientos como fibra, laxantes (si existe predominio de estreñimiento), antidiarreicos (si hay predominio de diarrea), antiespasmódicos e incluso antidepresivos o ansiolíticos pueden tener un efecto beneficioso.

Diferentes ensayos clínicos
Existen ensayos clínicos en los que estos probióticos han demostrado eficacia en el tratamiento del SII, así como en otras enfermedades.

Una revisión realizada en 2017 por la Sociedad Europea de Gastroenterología de Atención Primaria sobre el papel de los probióticos en el tratamiento de los síntomas gastrointestinales inferiores indicó que los “probióticos específicos ayudan reducir la carga general de síntomas y el dolor abdominal”, así como “la hinchazón/distensión y mejorar la frecuencia/consistencia de las evacuaciones”.

Un metaanálisis examinó los efectos del probiótico Bifidobacterium longum 35624 en pacientes con SII y demostró que los pacientes que recibieron probióticos que contenían B. longum redujeron significativamente el dolor abdominal y la hinchazón/distensión

Otra revisión de 2017 de las Asociaciones Colombianas de Gastroenterología, Endoscopia digestiva, Coloproctología y Hepatología analizó 36 ensayos clínicos en todo el mundo. El trabajo concluyó que “el uso de probióticos sugiere ser una conducta beneficiosa en el tratamiento de enfermedades gastrointestinales como SII y EII. Los lactobacilos y bifidobacterias mostraron mejoría tanto subjetiva (cuestionarios) como objetiva (colonoscopia) en los pacientes tratados”.

Otros estudios han comprobado que su utilización puede mejorar la calidad de vida de estos pacientes. Una investigación supervisada por la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos (SEMiPyP) pone de manifiesto que el 70% de los españoles con problemas digestivos sentía mejoría con el uso de probióticos. “Los probióticos son microrganismos vivos que, tras su ingesta, consiguen beneficios para el organismo como la regulación de la microbiota intestinal, lo que favorece la prevención de la diarrea y el estreñimiento”, asegura la Prof. Ascensión Marcos, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición (Ictan-CSIC) y miembro de la SEMiPyP.

Otros tratamientos como fibra, laxantes, antidiarreicos, antiespasmódicos e incluso antidepresivos o ansiolíticos pueden tener un efecto beneficioso

La Prof. Marcos advierte de un doble uso terapéutico y preventivo. “Los probióticos, tanto de forma terapéutica como preventiva, son importantes para la salud, ya que cuando un paciente está bajo un tratamiento antibiótico, los probióticos contribuyen a mantener el equilibrio de su microbiota”.

Por último, otro metaanálisis examinó los efectos del probiótico Bifidobacterium longum 35624 en pacientes con SII y demostró que los pacientes que recibieron probióticos que contenían B. longum redujeron significativamente el dolor abdominal y la hinchazón/distensión.

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