Dr. Gándara: “Llevo 65 días ingresado, 29 de ellos en la UVI y puedo contarlo”

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..Gema Maldonado.
Lleva 65 días ingresado por Covid-19 en el Hospital Fundación Jiménez Díaz, donde también ejerce como médico especialista en cuidados paliativos, y casi la mitad de ellos, los ha pasado en la UVI, sedado y con respiración asistida. El Dr. Álvaro Gándara ha superado el Covid-19, pero en este trance ha perdido a un hermano, médico como él, por la misma enfermedad. En rehabilitación y esperando volver a casa en unos días, el Dr. Gándara cuenta a iSanidad su experiencia y su opinión médica sobre el SARS-CoV-2 y la esperada vacuna.

¿Cómo se encuentra ahora?
Recuperándome poco a poco, todavía dependo del andador para levantarme y caminar, pero creo que a finales de semana me podré ir a casa. Son 65 días ingresado en el hospital, 29 de ellos en la UVI. Fui de los primeros que caí. Sobre el 13-14 de marzo pasé un fin de semana con mucha tos, con fiebre y mucha postración. Un par de días después, nos vinimos a urgencias mi mujer, también contagiada, y yo. A ella la mandaron a casa porque saturaba bien y yo me quedé ingresado en la UVI.

“Me quedé ingresado en la UVI y ya no volví a tener consciencia hasta dos días antes de que me retiraran la respiración”

Tengo un recuerdo muy vago. Sé que incluso avisé a mi mujer y a mi hijo, que estaba en urgencias, para decirles que me subían a la UVI. Enseguida me intubaron y me sedaron con propofol y ya no volví a tener consciencia hasta dos días antes de que me retiraran la respiración, que me estaban despertando. Fueron 28 días sedado y con respiración asistida. Y puedo contarlo.

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Después de tantos días sedado y con respiración asistida, ¿en qué situación se despierta?
Era como un muñeco de trapo. Estaba afectado de lo que llamamos los médicos un síndrome prostcrítico y no podía ni mover la mano. A partir de ahí pasamos a la UCIR, la unidad de cuidados intermedios respiratorios (UCIR) que dirige la Dra. Heili. Y ahí, con unos maravillosos cuidados, nunca podré agradecer tanto los cuidados que he recibido, poco a poco me retiraron la respiración asistida y se me fue cerrando la traqueotomía. Ahora estoy en planta con rehabilitación.

¿Temió por su vida en algún momento?
Bueno, yo no era consciente. Mi familia desde luego que sí. De hecho tengo un hermano, médico también, que ha fallecido por coronavirus. Tuvo unos fenómenos trombóticos terribles con hemorragias cerebrales. Esas son consecuencias a corto plazo de este virus. Además, mi hermano tenía factores de riesgo, era diabético.

“La gente espera la vacuna, pero yo siempre digo lo mismo, contra el sida sigue sin haber vacuna”

Usted ya sabe en carne propia cómo cursa la enfermedad en su forma más grave. ¿Qué le dicen sus colegas que le han tratado sobre las posibles secuelas y cuál es su propia opinión como médico?
Respiratoriamente he mejorado mucho y prácticamente en la cama ya no necesito oxígeno. Yo soy positivo en anticuerpos y no transmito el virus, pero no sé qué pasará de aquí a dos meses, como evolucionaré. No se sabe cuánto duran esas defensas tampoco. Esto es desconocido, solamente tenemos dos meses de experiencia, por tanto no sabemos cuál es la evolución ni las secuelas.

Por otro lado, la gente espera la vacuna, pero yo siempre digo lo mismo, contra el sida sigue sin haber vacuna. Habrá tratamientos más eficaces, antirretrovirales, pero ojo con la esperanza de la vacuna, es un virus muy desconocido.

“Me consta que compañeros míos tenían que sedar a pacientes en residencias o en domicilios porque no había medios y, por lo menos, que no sufrieran”

¿Se han tenido que aplicar cuidados paliativos a pacientes con Covid-19?
Hoy la cosa se ha regularizado, pero en los principios de la pandemia, me consta que compañeros míos tenían que sedar a pacientes en residencias o en domicilios porque las UCI estaban colapsadas. No había medios y, por lo menos, que no sufrieran. Porque es una sensación de ahogo terrible.

¿Ahora que es usted paciente, tiene una comprensión y una visión diferente sobre lo que es ser paciente?
Totalmente. Los paliativos tenemos mucha sensibilidad, quizá seamos un grupo muy distinto al resto. Pero ahora yo he visto lo que es ser paciente. Y también he visto lo que es ser enfermera y auxiliar. Son maravillosos, yo no tengo más que palabras de agradecimiento. Para mí, la enfermería siempre ha tenido un valor increíble y ahora lo he comprobado, hacen su labor con la mejor de las sonrisas arriesgándose a ser contagiados también. Para quitarse el sombrero.

“Quiero disfrutar de esta segunda vida que se me ha concedido”

¿Ha pensado en cómo será su vuelta al trabajo?
Estoy cercano a la jubilación ya, pero me gustaría seguir vinculado a la Fundación Jiménez Díaz. Aunque solo sea por agradecimiento y casi como hobby, probablemente vuelva para hacer formación dentro del hospital. Pero quiero disfrutar de esta segunda vida que se me ha concedido.

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