..Luis A. de Haro. Director general de iSanidad.
La reforma del sistema sanitario es una petición histórica de todo el sector. Desde que se hizo el Informe Abril, allá por 1991 se habla de la necesidad de un futuro nuevo para la sanidad. Los parches que se han aplicado han servido hasta la crisis del Covid, pero el sistema ya necesita una “nueva versión”. Es verdad que, de momento, no hay horizonte.
Aprovechando el impulso de la posible derogación de la reforma laboral, ¿se podría avanzar también hacia la de reforma del sistema sanitario que tanta falta hace? Si han pactado PSOE, Unidas Podemos y Bildu, ¿no se puede buscar un pacto “inclusivo” para la sanidad? Desde hace años se habla un “Pacto por la Sanidad” y sin embargo no se ha avanzado nada. PSOE, Podemos y Ciudadanos han llegado a un acuerdo para el Estado de Alarma, ¿no podrían pensar también en el sistema sanitario? Un pacto inclusivo, sin ideologías, en el que los profesionales tomen las riendas.
La reforma del sistema sanitario es una petición histórica de todo el sector
Todo apunta a que en la derogación de la reforma laboral hay compensaciones políticas. ¿Se podría hacer lo mismo con la reforma del sistema sanitario? Sería buenísimo que se llegara a un acuerdo entre las principales fuerzas políticas, no solo los “extremos”.
Universalidad, Atención Primaria, MIR, colaboración público-privada, cronicidad, financiación, nuevas tecnologías, terapias avanzadas, patentes, carrera profesional, educación para la salud, salud pública… Son tantas las cosas que se tienen que cambiar que parece imposible no a ver empezado ya. El Covid va a obligar a hacer los cambios rápidamente.
El Covid va a obligar a hacer los cambios rápidamente
La falta de proyecto sanitario (de todos los gobiernos) y la improvisación marcada por las circunstancias han sido el denominador común del sistema. ¿Se puede esperar un cambio en la época post Covid?
En la reforma del sistema sanitario tienen que entrar los profesionales, los empresarios y los partidos políticos. Para que tenga éxito tienen que poder participar todos. Lo importante es que no acabe como la reforma laboral, que tiene a todos la “gresca”, a los firmantes y a los excluidos.
