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La pandemia del Covid-19 ha puesto de manifiesto las deficiencias del sistema sanitario español en la atención al paciente crónico. Como consecuencia se ha acelerado la puesta en marcha de modelos organizativos y herramientas para hacer frente a la cronicidad. Así lo han destacado los representantes de las principales organizaciones colegiales, sociedades científicas y asociaciones de pacientes involucradas en la atención al paciente crónico en España, agrupadas en la plataforma Cronicidad: Horizonte 2025, durante la celebración de un encuentro virtual en el que se ha puesto de manifiesto la necesidad de reorientar el modelo de atención a la cronicidad tras la crisis sanitaria.
“Tenemos muchas fortalezas en nuestro sistema de salud que se han puesto a prueba estos días. Contamos con muy buenos profesionales, podemos tener un buen presupuesto y, por supuesto, contamos con la tecnología, que debe ser bien aplicada. Pero también debemos tener en cuenta lo que necesitan los pacientes”, señala Santiago Alfonso, vicepresidente del Foro Español de Pacientes (FEP).
Dr. Rafael Micó: “Sobran puestos en la Administración sanitaria sin tarea asistencial y faltan profesionales en primera línea al lado del paciente crónico”
Los expertos han recordado la especial vulnerabilidad de los pacientes crónicos frente a la pandemia. Han insistido en la importancia de impulsar un nuevo modelo de atención a la cronicidad basado en la promoción, la prevención y la búsqueda de la calidad de vida. Para ello resulta clave una mayor coordinación sociosanitaria y el fomento del protagonismo del paciente, su autocuidado y el apoyo a la persona cuidadora. Todo ello, en el marco de una atención primaria fortalecida a través de una mayor inversión que garantice su capacidad resolutiva.
En esta línea, el secretario general de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), el Dr. Rafael Micó, ha apostado por “potenciar el autocuidado y el empoderamiento de las asociaciones de pacientes, sin olvidar la oportunidad de despolitizar el sistema de salud. Sobran puestos en la Administración sanitaria sin tarea asistencial y faltan profesionales en primera línea al lado del paciente crónico”.
En este escenario, las nuevas tecnologías se han presentado, aunque haya sido “por obligación y de forma acelerada”, como una herramienta especialmente eficaz para el seguimiento de los pacientes crónicos gracias a la buena comunicación que existe entre los profesionales del primer nivel asistencial, tanto médicos, como enfermeras, trabajadores sociales y farmacéuticos.
Los expertos han reflejado cómo toda la prevención, la educación sanitaria y la atención al paciente crónico fuera del contexto Covid-19
Las nuevas tecnologías y el buen uso de los recursos también han puesto de manifiesto el enorme potencial de la red de farmacias. Así lo ha explicado Juan Pedro Rísquez, vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. La red de farmacias “ha prestado servicio a más de 30 millones de personas, dos terceras partes de la población. En el 80% de los casos, con la dispensación de medicamentos a pacientes crónicos mayores de 65 años. Más de 2,2 millones de personas han recibido información telefónica por parte de su farmacéutico, y otros 855.000 han recibido atención farmacéutica domiciliaria. El 90% de la población ha reconocido la farmacia como un servicio público con un papel sanitario esencial”, ha señalado Rísquez.
Unánime también ha sido la petición de un amplio debate para el cambio de modelo en las residencias de mayores. En estos centros se ha constatado un claro déficit de atención y una elevada mortalidad, del 60 al 80% dependiendo de las comunidades autónomas. La causa radica, en parte, en que muchos centros han sufrido una merma del personal cuidador y por la carencia de gestores con formación adecuada. “No pueden seguir fuera del Sistema Nacional de Salud; lo que ha pasado en las residencias de mayores y en los hospitales de media y larga estancia en esta pandemia no debe volver a pasar”, ha señalado el Dr. Carlos Lumbreras, secretario general de la Sociedad Española de Medicina Interna.
Durante sus intervenciones, los expertos han reflejado cómo toda la prevención, la educación sanitaria y la atención al paciente crónico fuera del contexto Covid-19 han quedado relegadas durante la pandemia, en la que también se han agudizado los factores sociales negativos que condicionan una enfermedad crónica e incrementan la vulnerabilidad de los afectados.
El Dr. Francisco José Sáez considera que “el hospitalocentrismo ha supuesto marginar al paciente crónico y ha impedido a los profesionales de atención primaria hacer una prevención de la enfermedad Covid-19 en grupos con mayor riesgo”
Y es que no sólo se han anulado consultas y terapias no farmacológicas, sino que también se ha roto la continuidad asistencial, clave para la cronicidad, en parte porque se ha priorizado la atención hospitalaria, privando a la atención primaria de los medios técnicos y humanos necesarios para prestar una correcta asistencia. En este contexto, han sido las personas mayores, pacientes crónicos especialmente vulnerables, las que han soportado las cifras más trágicas de la pandemia.
El responsable del Grupo de Trabajo de Cronicidad de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el Dr. Francisco José Sáez, considera que la pandemia “ha evidenciado grandes deficiencias, empezando por el hospitalocentrismo, pensado para pacientes agudos, que ha supuesto marginar al paciente crónico y ha impedido a los profesionales de Atención Primaria hacer una prevención de la enfermedad Covid-19 en estos grupos con mayor riesgo y mayor mortalidad”.
Uno de estas carencias se ha observado en el volumen de personal. “Hemos visto los déficits en las ratios enfermera/paciente y la necesidad de implementar las especialidades de enfermería, siendo clave potenciar la atención domiciliaria y la asistencia en las residencias”, ha subrayado Diego Ayuso, del Consejo General de Enfermería.
