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La elección de la protonterapia (PRT) como tratamiento para algunos tipos de tumor, como el cáncer de mama, depende principalmente de la evidencia ya probada o en desarrollo. Por lo general, la protonterapia resulta adecuada para tumores sólidos localizados cerca de órganos críticos del cuerpo. Así, casi todos los tumores en su fase de desarrollo local, y antes de extenderse, se pueden tratar con protonterapia.
Desde la Sociedad Norteamericana de Oncología Radioterápica (Astro, por sus siglas en inglés) señalan que es recomendable el uso de esta terapia en categorías de “evidencia probada o en desarrollo”. Por ejemplo, en tumores oculares, tumores ubicados en la base del cráneo o cáncer hepatocelular, entre otros.
La protonterapia proporciona perfiles favorables de calidad de vida para tumores seleccionados de cerebro, cabeza y cuello, pulmón e infantiles
En la misma línea la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) coincide con las recomendaciones de Astro, teniendo en cuenta la variabilidad del espectro de indicaciones. Por otro lado, Astro clasifica los tumores con posible tratamiento con PRT según su evidencia en desarrollo. Aquí se incluyen, entre otros, el cáncer de cabeza y cuello no T4 y resecables, neoplasias malignas torácicas, pélvicas y abdominales, cáncer de mama, de próstata y de próstata no metastásico
Los expertos de SEOR señalan en su manual de recomendaciones que la PRT proporciona perfiles favorables de calidad de vida para tumores seleccionados de cerebro, cabeza y cuello, pulmón e infantiles. Así lo destacó también el director médico del Centro de Protonterapia de Quirónsalud, el Dr. Raymond Miralbell, en una entrevista con iSanidad.
“Si podemos ahorrar irradiar los órganos sanos, podremos, ya sea aumentar la dosis a tumores resistentes a ser destruidos con las dosis administrables hasta hoy en día con haces de fotones, ya sea reducir significativamente los efectos secundarios de una irradiación innecesaria de los órganos sanos cercanos al tumor. Esta última característica hace especialmente deseable disponer de protonterapia para el tratamiento del cáncer infantil”, destacó el especialista.
El uso de protones aporta un beneficio adicional para el paciente en cuanto a la protección de los tejidos sanos alrededor del tumor
Evolución tecnológica vs evidencia científica
Aunque las sociedades científicas de oncología radioterápica recomiendan el uso de la PRT, también hay que tener en cuenta un inconveniente. La irrupción de la terapia de protones está evolucionando muy rápido, mientras que “el desarrollo de ensayos clínicos de máximo nivel de evidencia va a un ritmo más lento”, según detalla el manual de SEOR.
Aún así, ante las las ventajas dosimétricas objetivadas en prácticamente todas las posibles localizaciones tumorales, los oncólogos radioterápicos insisten en priorizar el uso de la PRT para pacientes con tasas de supervivencia altas y/o pacientes jóvenes.
En este sentido, el uso de protones aporta un beneficio adicional para el paciente en cuanto a la protección de los tejidos sanos alrededor del tumor, frente al uso de fotones. De hecho, el tratamiento con fotones podría incrementar la probabilidad de daño significativo a los tejidos sanos. El motivo es que se sobrepasan valores de dosis integral asociados con toxicidad, en el estudio de histograma dosis-volumen.
Indicaciones del tratamiento con protones
Para llevar a cabo la terapia con protones, previamente deben valorarse varios parámetros. Por ejemplo, cuando no se alcance la dosis prescrita en el target tumoral debido a las limitaciones de los órganos de riesgo adyacentes con las técnicas de fotones. En estos casos, los protones permiten una mejor cobertura del target en compromiso con dichas limitaciones.
En pacientes con largas supervivencias, los expertos apuntan a minimizar las dosis a tejidos sanos adyacentes para disminuir el riesgo de desarrollar segundos tumores
Por otro lado, hay que tener en cuenta los pacientes en los que el tratamiento oncológico consigue supervivencias significativas y el target tumoral está localizado próximo a estructuras de riesgo como cerebro, corazón y pulmones. Aquí se aconseja minimizar las dosis a tejidos sanos adyacentes para disminuir el riesgo de complicaciones. Esto aplica en forma directa a población pediátrica y adolescente sin excluir los adultos en situación similar.
Con respecto a pacientes que logran largas supervivencias, los expertos apuntan a minimizar las dosis a tejidos sanos adyacentes para disminuir el riesgo de desarrollar segundos tumores. Es el caso de la población pediátrica y adolescente. Por último, otro parámetro a tener en cuenta se refiere a los tumores resistentes a las dosis estándar de radioterapia en los que se puede plantear una escalada de dosis.
Desde SEOR aconsejan, en la medida de lo posible, realizar estudios de calidad de vida y de costo-beneficio
De este modo, las recomendaciones de SEOR para el uso de PRT se centran en: tumores oculares, incluyendo melanomas oculares; aquellos tumores próximos o en la base del cráneo, incluyendo cordomas y condrosarcomas; tumores primarios o metastásicos médula espinal/columna vertebral, donde la tolerancia del cordón medular puede ser sobrepasada con el tratamiento convencional; tumores en población pediátrica, fundamentalmente los localizados en SNC y/o próximos a órganos de riesgo (médula, corazón, pulmones); pacientes con síndromes genéticos con riesgo elevado de toxicidad y reirradiación en casos seleccionados.
Por último, desde SEOR aconsejan, en la medida de lo posible, realizar estudios de calidad de vida y de costo-beneficio “para evaluar en forma continua el lugar que los tratamientos con protones debe ocupar entre las distintas alternativas en radioterapia y oncología en general”.
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