La necesaria normalización de las prácticas clínicas en las facultades de medicina. Dr. JA Vargas

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..Dr. Juan Antonio Vargas. Jefe de Sección de Medicina Interna y Jefe de Estudios del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda. Ex decano de Medicina de la UAM (2011-2019).
Acabamos de superar el estado de alarma impuesto por la pandemia Covid-19 y poco a poco vamos volviendo a la normalidad, aunque con las lógicas precauciones y restricciones. En el caso de la docencia universitaria y más en concreto en nuestras Facultades de Medicina la brusca instauración de la emergencia sanitaria con todas las incertidumbres que surgieron, obligó a la suspensión de todas las actividades docentes presenciales, incluidas las prácticas clínicas en centros sanitarios.

Esta decisión fue acogida con normalidad dado que la prioridad en el inicio de la pandemia era asistencial y era necesario dar una cobertura sanitaria adecuada a la población en riesgo. En esta situación tan preocupante los estudiantes de Medicina y Enfermería, así como los graduados pre-MIR se ofrecieron de una forma altruista para colaborar en aquello que se les encomendara, y realmente así fue, nuestros estudiantes participaron en labores de apoyo y recogida de información de tanta importancia en la lucha contra una infección previamente desconocida (SARS-CoV-2).

La suspensión de la docencia presencial provocó un sobreesfuerzo de los profesores, atendieron pacientes y dotaron de herramientas no presenciales a nuestros estudiantes

La suspensión de la docencia presencial provocó un sobreesfuerzo de los profesores vinculados de las Facultades de Medicina, dado que había que atender en primer lugar a los pacientes, pero al mismo tiempo había que dotar de herramientas no presenciales a nuestros estudiantes que permitieran conseguir los objetivos propuestos al inicio de curso. Esta doble responsabilidad, en situación de crisis sanitaria, no ha sido suficientemente valorada, en un momento en que el profesorado vinculado de nuestras Facultades de Medicina ha ido disminuyendo progresivamente en los últimos años, con lo que un número reducido de profesores universitarios, conjuntamente con profesores asociados de Ciencias de la Salud, han mantenido la docencia clínica de los estudiantes de nuestras Facultades, sacando tiempo para el aprendizaje de tecnologías que pudieran sustituir dignamente a la docencia presencial.

Todo ello se ha conseguido razonablemente y aunque todavía estamos en el proceso de finalizar el actual curso, se están programando las actividades docentes y las prácticas clínicas conjuntamente con los responsables de las Consejerías de Sanidad. Y es en este punto dónde debemos conseguir que todo vuelva a la normalidad, que las prácticas clínicas se organicen de tal forma que puedan ser viables en cualquier tipo de escenario, incluida la aparición de nuevos brotes. Estas prácticas clínicas incluyen las prácticas de las asignaturas, pero también un amplio rotatorio clínico, realizado en la mayoría de los centros en el último curso, que es una pieza fundamental del programa de formación de nuestros estudiantes y que sirve de nexo con la formación sanitaria especializada.

Llevamos años explorando diversas herramientas docentes que permiten una formación más personal, pero son actividades complementarias

Es evidente que llevamos años explorando diversas herramientas docentes que permiten una formación más personal, basada en el uso de plataformas virtuales y de simulación, pero que no dejan de ser actividades complementarias del principal instrumento del que disponemos, como son las prácticas clínicas en los centros sanitarios que permiten la adquisición de las competencias y el profesionalismo, a través de la interacción con pacientes y personal sanitario.

Es, en este contexto, donde debemos plantear el uso más eficiente de los centros sanitarios en los que se realizan estas prácticas clínicas (hospitales universitarios, centros de salud, consultas de tarde, guardias, servicios de urgencias, centros sociosanitarios, etc). Si nuestros estudiantes continúan con nosotros en todos estos ámbitos asistenciales, asumiendo los mismos riesgos y dotados de las mismas medidas de seguridad, contaríamos con todos ellos en caso de un nuevo brote y podrían realizar de forma inmediata las labores de apoyo que se les asignara.

Debemos plantear el uso más eficiente de los centros sanitarios

Es el momento de asumir responsabilidades y tomar decisiones para establecer las actuaciones necesarias que permitan la normalización de las prácticas clínicas en los centros sanitarios en el próximo curso académico 2020/21.

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