..Dr. Ricardo Martino, jefe de la Unidad de Atención Integral Paliativa Pediátrica del Hospital Infantil Niño Jesús.
Salimos de la pandemia, por lo menos de la fase más dura de enfermedad. Los acontecimientos vividos han despertado una ola de solidaridad en las personas, las organizaciones y las empresas. Hemos conocido pequeñas y grandes iniciativas para dar respuesta a las necesidades y las carencias que se estaban dando.
Había personas fabricando mascarillas y elementos de protección en sus casas para ponerlos al servicio de los profesionales; industrias cambiando sus líneas de producción para hacer respiradores y empresas fletando aviones con material aprovechando sus canales de importación. Organizaciones sin ánimo de lucro han hecho posible la recogida y distribución de alimentos para personas solas y necesitadas.
La generosidad ha estado motivada y mantenida por la excepcionalidad de la situación. Lo interesante es que estas acciones también han dado respuesta a problemas, necesidades y falta de recursos ya conocidos
En centros sanitarios se han recibido innumerables donaciones de alimentos, juguetes, dispositivos electrónicos para los pacientes aislados y hasta vehículos. Sin embargo, algunas donaciones han sido cesiones temporales que ahora toca devolver. Comprensible. Ha habido situaciones nuevas a las que se han dado respuestas nuevas. La generosidad ha estado motivada y mantenida por la excepcionalidad de la situación. Lo interesante es que estas acciones también han dado respuesta a problemas, necesidades y falta de recursos que ya eran conocidos y para los que no se encontraban soluciones.
¿Y ahora qué? ¿Todo ha terminado? La situación excepcional sí, pero la falta de recursos preexistentes y las nuevas situaciones de precariedad y vulnerabilidad que están apareciendo como consecuencia de la pérdida del tejido productivo y el empleo seguirán estando ahí. Echaremos de menos la generosidad de las organizaciones y las empresas. Aunque siempre nos queda la RSC.
Hace años que muchas empresas hacen bandera de la Responsabilidad Social Corporativa como una de las estrategias para mejorar su imagen, posición y situación con respecto a sus competidores
Hace años que muchas empresas hacen bandera de la RSC como una de las estrategias para mejorar su imagen, su posición y su situación con respecto a sus competidores. “La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) consiste en la actitud por parte de las grandes empresas de comprometerse de manera activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental, con el objetivo de aumentar su competitividad, valoración y valor añadido. Se caracteriza por tener en cuenta los impactos que todos los aspectos de sus actividades generan sobre sus clientes, empleados, accionistas, comunidades locales, medio ambiente y sobre la sociedad en general”.
Ojalá las empresas pongan en el centro a las personas, tanto en su política, en sus procesos como en sus resultados. Porque lo humano, lo responsable, lo social, es ocuparse de las personas
Ahora, para muchas de ellas, los principales destinatarios de su acción social son sus propios empleados y sus familias, que están sufriendo los efectos colaterales de esta crisis. Y no podría ser de otra manera. ¿Qué sentido tendría una acción exterior visible sobre otros desatendiendo a los propios? Ojalá las empresas pongan en el centro a las personas, tanto en su política, en sus procesos como en sus resultados. Porque lo humano, lo responsable, lo social, es ocuparse de las personas.
En ese sentido, como fruto de esa realidad y también incertidumbre sobre la responsabilidad social de las empresas, ha surgido una iniciativa llamada #stayhuman, que pretende recordar lo realizado y mantener y reavivar la llama de la solidaridad y la responsabilidad social. Que la generosidad no termine. Es un llamamiento a todas las organizaciones para que sigan siendo tan humanas como han demostrado que son capaces de ser.
No dejemos de ser humanos.