Cuando los políticos no ayudan, los expertos se marchan

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..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad.
Cuando el Dr. Emilio Bouza aceptó el cargo de portavoz del Grupo Covid de la Comunidad de Madrid lo hizo con una condición. Pidió simplemente “concordia política” a Salvador Illa y a Enrique Ruiz Escudero. A día de hoy eso es imposible, como ha podido comprobar el ex jede de Enfermedades Infecciosas del Gregorio Marañón. La tregua que sellaron a bombo y platillo los presidentes Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso saltó por los aires el pasado viernes. El Dr. Bouza cumplió su palabra y como un caballero se fue. Dos días ha aguantado en el cargo. Cuando los políticos no ayudan, los expertos se marchan.

El adiós del catedrático confirma la impresión de que en la lucha contra la pandemia manda la política sobre la ciencia. Nuestros gobernantes tienen un ojo puesto en los presupuestos y otro en las encuestas del CIS. La pandemia ha quedado relegada a un segundo plano. Durante esta semana hemos hablado más del Rey, del acercamiento de presos etarras y del indulto a los políticos catalanes. La pandemia ha sido simplemente un ladrillo para arrojar al partido rival.

El adiós del catedrático confirma la impresión de que en la lucha contra la pandemia manda la política sobre la ciencia

Las dos ruedas de prensa del viernes con opiniones diversas resultaron un despropósito. Es posible que sea necesario el confinamiento de la Comunidad de Madrid o al menos de la capital, pero por qué el Ministerio ha cambiado de opinión sobre las medidas adoptadas por el gobierno regional. Hace solo un semana las respaldaba. Es imposible medir el impacto de las mismas en solo siete días. Madrid debe adoptar nuevas medidas, especialmente orientadas a la contratación de personal, la reforma de estructuras, el fortalecimiento de atención primaria, la contratación de rastreadores… Hay que exigirle más, ¿pero era necesario este espectáculo?

Si el Gobierno aseguró que las decisiones correspondían a la Comunidad de Madrid por qué no las acepta ahora. La justificación de Illa era la transparencia. La misma transparencia que le ha faltado al Gobierno durante toda la pandemia con unas estadísticas que nos impiden conocer el número real de fallecidos. Solo se suman a las estadísticas las muertes de las últimas 24 horas y no los retrasos en la notificación, las denominadas muertes con fecha de defunción en los últimos siete días.

El Dr. Bouza cumplió su palabra y como un caballero se fue. Dos días ha aguantado en el cargo. Cuando los políticos no ayudan, los expertos se marchan

La misma transparencia de la que ha carecido al Ministerio de Sanidad cuando se negaba a dar los nombres de un comité de expertos que sabía que no existía, la misma falta de transparencia que cuando le otorgaron a una empresa de cosméticos la compra de kits de diagnóstico en China o la misma falta de transparencia que cuando adjudicaron contratos para la compra de material sanitario a empresas que carecían de sede social.

Resulta demasiado triste que nuestros dos grandes partidos sean incapaces de ponerse de acuerdo en la peor crisis sanitaria y económica que ha vivido este país.

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