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La pandemia ha tenido un impacto claro en la formación en las universidades. “En marzo de 2020 convertimos de un día para otro la formación presencial en virtual”, explica el Dr. Pablo Lara, presidente de la Conferencia de Decanos de Medicina de España, durante el encuentro virtual ¿Cómo afecta la pandemia a la formación de futuras generaciones?, organizada por la Fundación Asisa. Este webinar era el último de los cuatro organizados dentro de la iniciativa La mirada Asisa.
El decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea de Madrid, el Dr. Daniel Hormigo, subraya que el “primer gran aprendizaje de esta pandemia es la necesidad de estrategias concretas para la transformación de la educación superior. En ciencias de la salud el reto es aún mayor. Existe un componente experiencial muy importante, en el que la mejor manera de aprender las cosas es haciéndolas”. No obstante, un gran número de centros no son conscientes de esta necesidad. El Dr. Hormigos cita un estudio en que solo el 15% de las universidades considera necesaria una transformación, mientras que el 85% apuesta por mejorar lo que ya existe.
La pandemia ha impactado en la formación, según se manifestó en el webinar de la Fundación Asisa ¿Cómo afecta la pandemia a la formación de futuras generaciones?
Los decanos han tratado que en las facultades de medicina no se perdiera la parte experimental. Un documento de junio de la Conferencia de Decanos instaba a los Ministerios de Sanidad y de Educación a mantener las prácticas. A día de hoy, “las prácticas de medicina se están realizando de manera muy mayoritaria”, señala el Dr. Lara.
No obstante, ha supuesto un reto. El presidente de la Conferencia de Decanos explica que uno de cada cinco médicos en activo participa en tareas formativas. Esto llevó a plantear cambios en las clases. Se utilizaron clases grabadas, presentaciones locutadas… “Estas herramientas aportan valor. No sirven para sustituir pero sí para complementar el aprendizaje. Estamos profesionalizando esto y poniéndolo a disposición de los estudiantes. Creemos que aporta mayor flexibilización al sistema”, destaca el Dr. Hormigo.
Uno de los aspectos que deben mejorar las facultades de medicina es cómo formar a los médicos en comunicación. La directora de la Cátedra de Comunicación Sanitaria de la Universidad de Murcia, la Dra. María Trinidad Herrero, pone de manifiesto que la relación entre el facultativo y el paciente se ha visto afectada por la pandemia. “El lenguaje médico es complejo y se aprende desde 1º de carrera. Pero términos y significados pueden ser explicados para que los pacientes los entiendan. Entre el emisor y el receptor hay un entorno. Nos hemos visto en un entorno incierto. En estas situaciones el código es muy importante para que el emisor y el receptor estén acordes”, añade la Dra. Herrero, que insiste durante su intervención en la importancia de la empatía.
La Dra. María Trinidad Herrero, pone de manifiesto que la relación entre el facultativo y el paciente se ha visto afectada por la pandemia
Pero no solo se ha visto afectada la educación de los universitarios, también la de los niños. La directora general de Profesionales de la Salud del Departamento de Sanidad de la Generalitat de Cataluña, Montserrat Gea, ha puesto en valor diferentes estudios. Uno de ellos ponía de manifiesto que los niños de entre seis y 10 años habían sufrido cambios en “la gestión de emociones, atención y motivación por el estudio”. Otro análisis advertía de la disminución de la actividad física, el incremento de uso de pantallas tanto para juegos como para estudio y una peor calidad del sueño.
Gestión de la pandemia
Más allá de la formación, la Fundación Asisa ha abordado en esta serie de cuatro webinars otras cuestiones sobre la gestión de la pandemia. Una de las primeras decisiones a las que se enfrentaron los expertos en salud pública fue la inmunidad de rebaño. Países como Reino Unido trataron de implantar esta medida sin éxito y tuvieron que dar marcha atrás para aprobar confinamientos domiciliarios.
“La inmunidad de rebaño es una idea que se descartó pronto. Vimos al principio de la pandemia esta reacción de Boris Johnson y después la tuvo que retirar. No contábamos entonces con información cierta de la enfermedad que teníamos delante”, subraya Paloma Navas, directora general de Salud Pública de Cantabria.
Navas destaca que primó el principio de precaución. “Hablamos de una enfermedad que desconocemos y no sabíamos de secuelas que ahora mismo vemos pacientes. Es una idea que se descartó no solo en Cantabria sino en todo el planeta”, añade.
Por su parte, el Dr. Joaquín Fernández-Crehuet, lamenta que en un contexto marcado por la pandemia y con un exceso de mortalidad de 70.717 personas, la respuesta de las autoridades haya siso la ley de eutanasia. “Puede ser una ley legal pero no está consensuada con los verdaderos interesados. En el artículo 33 del Código Deontológico actualmente vigente dice que el médico no buscará la muerte deliberadamente de un paciente, ni siquiera cuando este se lo pida. Ni la eutanasia ni el auxilio al suicido son signos de progreso sino un retroceso. Desde el punto de vista deontológico no puede ser considerado un acto médico”, subraya el Dr. Fernández-Crehuet, que defiende una ley de cuidados paliativos.
Otros aspectos mejorables en la pandemia han sido la transparencia y el seguimiento de casos. “Hay países donde se podían descargar todos los datos. Esto un equipo especializado lo hace en solo cuatro días. Llevaremos un año y no tendremos un equipo de gestión de la información”, destaca Fernando Borrás, director de la Cátedra de Simulación Clínica de la Universidad Miguel Hernández.
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