Hanan Mahmoud Abdul Karim es una mujer jordana de 36 años que fue ingresada en un hospital privado de Amman, la capital de Jordania, para dar a luz el pasado 24 de abril. La cesárea transcurrió sin problemas y la paciente recibió el alta para poder irse a su casa. No fue hasta que llegó a su domicilio y su estómago comenzó a vibrar cuando se dio cuenta de que “algo” tenía en su vientre que no era normal.
Acudió al servicio de urgencia de dicho hospital privado en el que dio a luz, pero en la exploración que le hicieron no encontraron nada extraño. “Mi hija sufrió severos dolores y no se podía mover. La llevé de regreso al hospital donde la intervinieron, pero no hicieron nada por ella”, explica su padre.
Sería entonces, como informa el diario Gulf News Jordan, cuando la familia decidió llevarla al hospital público Al Bashir donde después de realizarle una radiografía, fue sometida a una intervención quirúrgica para extraerle lo que le estaba provocando esas vibraciones en su estómago, el teléfono móvil que el ginecólogo había olvidado en su abdomen durante la cesárea.
La familia de Hanan pide que se depuren responsabilidades pero las autoridades afirman que la historia de esta mujer es inventada y carece de fundamento. El diputado Salim Al Bataynah señaló que “el Parlamento debe mostrar responsabilidad y mostrarse a la altura del caso”, mientras que un representante del Ministerio de Salud, Hatem Al Azrae, indicó que esta historia es completamente inventada y que es poco creíble que un médico pueda olvidar su móvil en el estómago de un paciente.
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