La SEC lanza un mensaje de tranquilidad ante el estudio que relaciona el consumo de omeprazol con un mayor riesgo de padecer infartos

Más vale prevenir que curar, un axioma universal que, en ciertas ocasiones y a la larga más que prevenirnos lo que estamos haciendo es dañarnos seriamente. Y es que eso sucede con el omeprazol, un fármaco que es empleado para paliar un molesto y doloroso episodio de acidez estomacal o gastritis, como tratamiento y prevención de úlceras causadas por la toma de fármacos o por el estrés, o para digestiones pesadas. El problema aparece cuando al querer evitar algo tan molesto como es una gastritis, y por ende empleamos el omeprazol, se puede decir que durante unos días, meses, incluso años, pasa a formar parte de nuestras vidas sin ser conscientes que dos años después de haberlo consumido diariamente, sus efectos adversos harán acto de presencia, y de qué manera.

Según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), en España, entre el año 2000 y 2012 el consumo de omeprazol aumentó en más del 500%, una utilización mucho mayor en comparación a la que se da en otras países de Europa como Francia, Italia, Dinamarca o Noruega.

El omeprazol no es un ningún protector gástrico
El omeprazol no es ningún protector gástrico, sino más bien un potente inhibidor del tan necesario ácido gástrico para la digestión y neutralización de microbios. Después de haberse consumido diariamente durante dos años, la absorción de la vitamina B12 se daña sobremanera, lo que provoca un déficit que puede terminar en enfermedades como la anemia, depresión, demencia o daños neurológicos. Ahora, una nueva investigación publicada en PLoS ONE pone su punto de mira en los inhibidores de la bomba de protones como es el caso del omeprazol, y lo relaciona con un mayor riesgo de padecer infartos cardiacos.

Investigadores de la Universidad de Stanford en Estados Unidos han analizado 16 millones de registros electrónicos de 2,9 millones de pacientes para analizar si el uso de estos fármacos estaba asociado con un mayor riesgo cardiovascular. Estudios anteriores habían permitido saber que estos medicamentos alteran el mecanismo de acción de otros fármacos que se administran a pacientes que presentan problemas cardiovasculares para disminuir el riesgo isquémico, pero ahora se quería observar qué pasaría en personas sin riesgos coronarios.

Se observó que aquellas personas que tomaron omeprazol durante dos semanas, el riesgo de sufrir un infarto de miocardio aumentó entre un 16 y un 21%. “Nuestros datos demuestran que los inhibidores de la bomba de protones están asociados con un mayor riesgo de infarto en la población general”, explica el principal autor del estudio Nigam H. Shah.

No obstante, como indican los propios autores del estudio, este trabajo no prueba la causalidad, es decir, “no determina la causa efecto”. Por ello, sin obviar que el empleo del omeprazol puede suponer un riesgo para la población, los investigadores indican que será necesario hacer un gran ensayo en una población más amplia de pacientes, y es que “creemos que el riesgo existe y es real”, por lo que “se debería investigar”, concluyen.

Mensaje de tranquilidad desde la SEC
Ante el resultado de este estudio, Miren Morillas, vocal de la Sección de Riesgo Cardiovascular de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y responsable de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital de Galdakao-Vizcaya lanzó ayer “un mensaje de tranquilidad absoluta”. En declaraciones ayer a Servimedia, Morillas afirmó que “el estudio lo que hace es valorar una serie de informes de personas que están tomando omeprazol en periodos largos de tiempo y a altas dosis y observa que esas personas podrían tener entre un 16 y un 21% más de posibilidades de sufrir un infarto . Pero también es cierto que este tipo de personas que toma este medicamento lo hace porque es polimedicalizado, tiene otras enfermedades que así lo indican. Toman mucha medicación y necesitan el omeprazol para proteger el estómago. En resumen, de esta observación se deriva la posibilidad de investigar más”.

Bien es cierto, como explicaba Morillas recientemente al diario El Mundo, que el omeprazol  “es el segundo fármaco más prescrito después del paracetamol y por delante del ibuprofeno”, otro fármaco “polémico” por su elevado uso que se hace de él y sus efectos negativos, y es que “se estima que en España entre el 8,5% y el 10% de la población lo toma diariamente (omeprazol) bastante más que en otros países de Europa”. Sin embargo, ayer, esta experta sí alertó de que “el omeoprazol no es un antiácido, sino un fármaco. No se puede ingerir después de una comida copiosa de forma preventiva”, y es que sólo se debe de tomar cuando sea necesario y siempre prescrito por el médico.
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