Investigadores españoles buscan una nueva inmunoterapia que pueda mejorar el tratamiento contra el VIH

Un equipo del Grupo de Biología de la Infección Pompeu Fabra de Barcelona está trabajando en el desarrollo de una inmunoterapia centrada en las células T reguladoras para contrarrestar el agotamiento del sistema inmune y mejorar el tratamiento en pacientes con VIH.

El estudio, publicado en la revista PLOS Pathogens, muestra que las llamadas células T reguladoras mantienen la respuesta de las células T efectoras bajo control para evitar que estas células inmunitarias dañen los órganos y tejidos del individuo. A medida que la infección avanza y se evidencia que el virus no será eliminado, muchas de las células T efectoras se “relajan” mediante un mecanismo llamado agotamiento. Es la vía PD-1/PD-L1 uno de los componentes principales en el agotamiento de las células T y, el bloqueo ‘ex vivo’ de esta vía comporta una respuesta mejorada de las células T que los investigadores esperan que suponga una mejora en el tratamiento.

Puesto que la vía de comunicación celular PD-1/PD-L1 está presente tanto en las células efectoras como las reguladoras, el grupo liderado por Andreas Meyerhans decidió investigar qué le ocurría al balance entre células efectoras y reguladoras al bloquearla.

Mayor descontrol del VIH, células T reguladoras se multiplican y el virus se expande
En colaboración con investigadores clínicos de los hospitales Clínic y del Mar de Barcelona, los investigadores aislaron células sanguíneas de individuos afectados por VIH y se observó su respuesta tras ser despertadas mediante anticuerpos anti-PD-L1. Tanto las células efectoras como las reguladoras despertaron, pero el grado en el que lo hacían dependía de la carga vírica de los individuos.

En aquellos individuos cuya infección estaba bajo control médico y que mostraban por tanto pocos virus en sangre, se multiplicaba el número de células T efectoras”, explica Cristina Peligero, primera autora del estudio.

Sin embargo, en muestras en las que el virus no está controlado médicamente, las células T reguladoras se multiplicaban mucho, y es que llegaban a “provocar una mayor expansión del virus, dando lugar a un efecto perjudicial”, añade.

La relevancia de este estudio es importante de cara a un futuro para los pacientes de VIH, y es que estas observaciones pueden tener consecuencias muy importantes a la hora de utilizar estos anticuerpos como tratamiento. Solamente los pacientes de VIH que estén bajo tratamiento médico obtendrán una mejora en su respuesta inmune antiviral.

Hasta la fecha ya se han diseñado pruebas con anticuerpos anti-PD-L1 para combatir las infecciones crónicas del virus y también han empezado a usarse para atacar el cáncer. Pero con el trabajo del grupo de Meyerhans, se destapa un nuevo elemento a tener en cuenta: las células T reguladoras.
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