Absuelta Pauline Cafferkey, la enfermera británica con ébola de haber ocultado la enfermedad

La enfermera escocesa Pauline Cafferkey que, fue diagnosticada con ébola en diciembre de 2014 cuando trabajaba en Sierra Leona, ha sido absuelta de las sospechas de haber ocultado los síntomas de la enfermedad al regresar al Reino Unido, tal y como informa el Consejo de Enfermeras y Comadronas británico (NMD, en inglés).

Las autoridades sanitarias habían abierto una investigación para determinar si Cafferkey encubrió que sufría malestar y que su temperatura era superior a la normal cuando aterrizó en el aeropuerto londinense de Heathrow.

Una comisión del NMD determinó que la escocesa, de 40 años, podrá continuar practicando la enfermería, al considerar que el cuadro sintomático de la enfermedad alteraron su juicio al regresar de Sierra Leona y haber descartado la acusación de “falta de honestidad” que pesaba sobre ella.

El presidente del jurado del Consejo de Enfermeras que analizó el caso, Timothy Cole, señaló que Cafferkey se encontraba “exhausta” y “cada vez peor” cuando aterrizó en Londres.

Al pasar el control rutinario para personas que regresaban de países con riesgo de ébola, la enfermera tenía una temperatura corporal de 38,3 grados centígrados, signo de una posible infección.

Cafferkey declaró ante el jurado que uno de los miembros del grupo con el que viajaba le instó a registrar su temperatura como de 37,2 grados para “salir de allí” cuanto antes, si bien la enfermera aseguró que no recuerda de quién se trataba.

La trabajadora sanitaria recibió el visto bueno para abandonar el aeropuerto de Londres y al día siguiente, ya en su vivienda de Glasgow (Escocia), comenzó a encontrarse “muy mal”.

Cafferkey fue diagnosticada con ébola poco después, y es que contrajo el virus cuando trabajaba como sanitaria en Sierra Leona con la organización humanitaria ‘Save the Children’ para tratar de contener la peor epidemia de ébola de la historia en África Occidental.  La sanitaria estuvo casi un mes en aislamiento en el Royal Free Hospital de Londres, llegando a estar en estado crítico antes de que recibiera un tratamiento experimental con plasma sanguíneo de otro enfermo británico, Will Pooley, también sanitario, y que se recuperó en apenas dos semanas en la misma unidad del hospital, gracias a un tratamiento con el suero inmunológico experimental Zmapp, el mismo que recibió la enfermera española Teresa Romero. El 24 de enero de 2015 Pauline fue dada de alta, sin embargo, desde entonces ha tenido diversas complicaciones que le han obligado volver al hospital.
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