Uno de cada cuatro españoles tiene alterado su ritmo de sueño

En pleno debate sobre los efectos del cambio de hora, y bajo la latente propuesta de racionalizar los actuales horarios en España, tuvo lugar en Madrid una jornada organizada por Arhoe (Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles) en la que participó como ponente el Dr. Gonzalo Pin Arboledas, miembro del Grupo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño (SES).

El Dr. Pin, que es coordinador de la Unidad del Sueño y de la Unidad de Pediatría en el Hospital Quironsalud Valencia, destacó durante su intervención la relevancia del factor ambiental a la hora de analizar los beneficios de un posible cambio de huso horario. Y es que además de los parámetros de la conciliación laboral, familiar, de ocio o personal, y de descanso, hay que fijarse en elementos ambientales tales como la incidencia de la luz, la temperatura, la actividad física o el horario de las comidas, que influyen en nuestro reloj biológico, nuestra calidad de vida y, por ende, en nuestra salud. Actualmente, según Pin, el 25 % de la población española tiene alterados los ritmos circadianos, es decir el reloj interno que controla el ritmo de sueño y vigilia.

Para medir y variar las consecuencias de estos hábitos ambientales y de actividad, sobre todo en los jóvenes, Pin expuso algunas pinceladas de un proyecto promovido por la Unión Europea durante los dos últimos años, y que se ha llevado a cabo en Italia, Turquía y España. Con los objetivos de mejorar las condiciones del sueño y racionalizar sus horarios personales y educativos, este proyecto ha involucrado a más de 4.000 jóvenes de entre 3 y 18 años, que en el caso español se han concentrado en la ciudad de Silla (Valencia), y ha contado con el apoyo de las administraciones y agentes de esta comunidad.

El trabajo se ha basado en modificar los horarios de este grupo de población, haciéndolo más racional siguiendo criterios cronobiológicos, así como también, por ejemplo, eliminando el uso de tabletas o móviles en sus habitaciones, provocando que se realicen cenas pronto en familia o que se desplacen al centro educativo andando.

Gracias a estas variaciones, el porcentaje de alumnos con somnolencia diurna en los centros docentes bajó del 29,1 % al 15,7 %. Asimismo, su rendimiento académico ha aumentado en un punto de media. Finalmente, si al principio del estudio el 63 % de los jóvenes analizados superaba el corte que establecía y constataba que tenían problemas de sueño, tras los dos años aplicando las variaciones antes citadas, el porcentaje bajó al 41 %.

Por ello, y en el marco del objeto de la jornada, el Dr. Pin aseguró que “si adelantamos la hora del descanso, que es posible y no tan descabellado, los niños van a ganar hasta un 10% de sueño al día. En mi opinión se pueden hacer y lograr cosas sin necesidad de gastar dinero o destinar muchos recursos. En primer lugar es imprescindible respetar los ritmos lógicos y los datos científicos que tenemos de la cronobiología y la cronosociología. Y luego es necesaria la involucración de las administraciones públicas y los agentes sociales”.

Para la Sociedad Española de Sueño, afirma el Dr. Joaquin Teran, presidente de la Sociedad, “es necesario defender un modelo ecológico y sostenible de sueño ligado a la salud mediante la armonización de los ritmos biológicos y los ritmos sociales de la población”.

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