Casi la mitad de pacientes con VIH en España tienen ya más de 50 años, con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular

Uno de los principales retos del abordaje del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) es la cronicidad de la enfermedad, ya que se estima que cerca del 50% de estos pacientes en España tiene ya más de 50 años, a lo que hay que sumar que el virus se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y un envejecimiento precoz.

Y es que así lo han reconocido los diferentes expertos que participaron este fin de semana en Madrid en el encuentro ‘Diálogos en VIH: La redefinición del éxito del tratamiento’ que, organizado por Gilead Sciences, se analizaron los principales retos que tiene el abordaje de estos pacientes que llevan más tiempo con una enfermedad que, en España, hasta un tercio de los enfermos con el virus del Sida desconoce que está infectado, un hecho que da lugar a un diagnóstico tardío en el 48% de los casos, favoreciendo nuevos contagios en un 60%, de los casi 4.000 nuevos casos registrados cada año.

A igualdad de factores de riesgo, los pacientes con VIH tienen un riesgo 1,5 veces mayor de tener infarto de miocardio y otra enfermedad cardiovascular en comparación con la población general y según la evidencia científica, la incidencia aumentará durante los próximos años. Esto hace que, aunque el VIH sea una enfermedad controlada, se deban tener en cuenta otros factores con estos pacientes a la hora de manejar toxicidades a largo plazo. “Tenemos garantizada la eficacia virológica con cualquiera de las pautas que se recomienda en tanto que la adherencia sea adecuada. Sólo el problema de la toxicidad, tanto inmediata como, sobre todo, a largo plazo, distingue unos fármacos de otros y su manejo cobra especial relevancia en las personas con más edad”, afirma el jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Santiago Moreno.

Por un lado, se debe tratar la infección por VIH con los mejores fármacos disponibles teniendo en cuenta que en esta población puede presentar problemas específicos y, por otro lado, la toxicidad puede ser más frecuente al presentar comorbilidades o deterioro fisiológico de algunos órganos que condiciona sobremanera un mayor incidencia de efectos tóxicos, como la función renal, la densidad mineral ósea o el aumento de riesgo cardiovascular asociado a la edad. “Los pacientes con infección VIH, incluso estando bien controlados, presentan algunas enfermedades con más frecuencia que personas de población general de las mismas características”, indica Vicente Estrada, del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

Con un tratamiento apropiado, los pacientes con VIH cuentan con el potencial de vivir casi tanto tiempo como la población en general, no obstante, las investigaciones afirman que tienen un riesgo más elevado de sufrir comorbilidades relacionadas con la propia patología, el tratamiento y la edad, lo que significa que ayudar a conservar la salud a largo plazo de estos pacientes debería ser la máxima prioridad a la hora de adoptar decisiones sobre tratamientos.

Al respecto, Moreno ha añadido que uno de los avances conseguidos ha sido la incorporación de análogos de nucleósidos carentes de toxicidad y de la familia de inhibidores de la integrasa, que “gozan de todas las características favorables que se le exige a un medicamento antirretroviral”, desctacó.

Según datos de la agencia de las Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA) a lo largo de su historia, se estima que el Sida ha matado a 39 millones de personas en el mundo.

Con ocasión del Día Mundial del Sida celebrado el pasado 1 de diciembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que al menos el 40% de portadores del VIH, desconocen su condición.
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