El pasado jueves 16 de marzo se celebraba en la sede de la Organización Médica Colegial (OMC) el Día Nacional contras las Agresiones a Sanitarios. Serafín Romero, como nuevo presidente de la OMC, “debutaba” en su primer acto oficial con la presentación de datos sobre agresiones a sanitarios durante el año 2016 y, revelaban un total de 495 agresiones en el año pasado.
Apenas poco más de 24 horas después, dos sanitarios eran agredidos en el Servicio de Urgencias del Hospital Clínico de Salamanca. En concreto los hechos sucedieron alrededor de las 00:30 horas de la madrugada del viernes 17, cuando el padre de un menor llegaba al Clínico inconsciente a causa de una convulsión febril.
Como recoge la Gaceta de Salamanca las declaraciones de uno de los sanitarios agredidos, “llegaron en una furgoneta con un menor inconsciente y gritando que el niño se moría. Salimos a ver qué sucedía y al ver el estado del menor les dijimos que pasaran a un box de la sala de reanimación (REA)”
Sería en ese momento cuando los hechos y la agresión a los dos sanitarios se desencadenó. “Empezaron a entrar muchísimos familiares hasta tal punto de que no podíamos ni acercarnos al niño, ni llegar al monitor para ver si respiraba”, ante tal situación, prosigue uno de los sanitarios agredidos, “se nos ocurrió decir que hicieran el favor de salir fuera para poder atender al chico y la reacción del padre fue abalanzarse sobre nosotros. A mí me lanzó contra una camilla y choqué con el metal. A mi compañero le dieron un fuerte golpe en la cabeza”.
La intervención de uno de los familiares del niño permitió calmar los ánimos y así los profesionales pudieron atender al pequeño que poco después sería estabilizado.
El CSI-F pide explicaciones a la gerente del Hospital
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F) ha pedido explicaciones a Cristina Granados, gerente del Hospital Clínico de Salamanca ante la doble agresión sufrida por estos dos sanitarios.
El sindicato insta a Granados a que presente una querella criminal contra los agresores y “muy importante”, resalta, “contra aquellas personas que no impidieron dicha agresión y que, con su actitud, no permitieron la correcta asistencia de los profesionales sanitarios al paciente”.
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