Cinco consejos que hay que saber para prepararse para una anestesia

La Asociación Americana de Enfermeros Anestesistas (AANA, por sus siglas en inglés), como si de cinco “mandamientos” se tratase, ha elaborado una lista de consejos para estar preparados con antelación a una anestesia.

  1. Dejar de tomar medicamentos innecesarios: en este primer consejo se incide en la importancia de tomar solo los medicamentos que fueron prescritos por el médico y por adelantado. Sí se tuvo o se tiene actualmente un problema con el alcohol o las drogas, sí o sí hay que hacérselo saber al anestesiólogo y, así, tendrá en cuenta las posibles interacciones farmacológicas que podrían afectar a la seguridad del paciente durante y después de la cirugía.
  2. Dejar de usar complementos herbales: se debe dejar de tomar medicamentos alternativos al menos dos semanas antes de la cirugía, y es que algunos productos herbales pueden provocar complicaciones durante y después de la cirugía, por ejemplo una presión arterial alta o baja.
  3. Informe sobre los antecedentes médicos de su familia: hay que aportar al anestesiólogo de cualquier complicación que sea común en su familia, como hipertermia maligna o reacciones a ciertos tipos de anestesia. Si no se está seguro, es adecuado preguntar a sus familiares. La hipertermia maligna es una enfermedad hereditaria que hace que la persona que recibe anestesia general le provoque una rápida elevación de la temperatura corporal y contracciones musculares intensas. Se transmite de padres a hijos.
  4. Proveerse de todo nuestro historial médico: es importante mencionar a un anestésico si alguna vez se tuvo una reacción como náuseas y vómitos. Asegurarse también de hacer una lista de todas las afecciones médicas existentes que el paciente pueda tener, como diabetes, asma, colesterol, o alergias a medicamentos o al látex.
  5. La recuperación postoperatoria: la manida frase de que cada persona o un cuerpo es un mundo, tras una anestesia es poco menos que una sentencia. Y es que la recuperación puede ser tan variada en función de la complejidad de la intervención quirúrgica y de las características orgánicas del paciente. Por ello hay que saber el tipo de anestesia (local, general) que se usará durante la cirugía, los efectos secundarios potenciales y si alguno de ellos podría indicar la necesidad de que tras la intervención se realice algún postoperatorio específico.

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