Pensar en las preocupaciones del día siguiente, principal factor que impide al 48% de los españoles conciliar su sueño nocturno

Dormir mal

Una reciente encuesta realizada por ASISA revela que además de los malos usos tecnológicos que en las horas previas al sueño hacemos y, que no se exagera al decir que es una práctica muy habitual y extendida en la sociedad actual como es el empleo de dispositivos electrónicos que, desde móviles, tablets u ordenadores, inciden negativamente en nuestro sueño, hay que “sumar” el frenético ritmo de vida actual que no nos ayuda a dormir bien.

El estrés, largas jornadas laborales, incertidumbre en el trabajo y el tener que compaginarlas con las tareas del hogar, no forman un “matrimonio idílico”, y es que en muchas ocasiones no hay tiempo para desconectar, un tiempo que a la hora de irse a dormir para relajarse y conciliar el descanso nocturno, en muchas personas es un problema.

Como afirma la Dra. Paula Giménez Rodríguez, directora de la Unidad del Sueño de Clínica HLA Vistahermosa (Alicante) y delegada de ASISA en Alicante, “nuestro cerebro no tiene un botón de off que podamos apretar cuando queramos para que el sueño se inicie”, y es que “necesitamos un tiempo previo de relajación, de desconexión de nuestro ajetreo diario, de los problemas y el estrés del trabajo”.

Pensar en el trabajo, principal preocupación para conciliar en el sueño

 Irse a la cama, pero con sueño, así lo aconseja la especialista. “Para conseguirlo es importante dedicar un tiempo previo a la hora de acostarse a relajarse y crear un ambiente que lo facilite.”

Al respecto, afirma que “si a pesar de llevar un ritual previo de relajación no conseguimos dormir, no es recomendable quedarse en la cama dando vueltas, pues esto suele generar ansiedad y más frustración, aumentando el problema.”  Ante esta situación, la doctora Giménez aconseja “salir de la cama y realizar una actividad monótona y relajada: una lectura con luz cálida y tenue puede ser una buena opción.

Como revela la encuesta, la reacción más común entre los españoles cuando no pueden dormir es ponerse nervios y empezar a pensar en problemas, y es que así lo reconoce un 46% de los encuestados. La pregunta del millón, ¿qué es lo que les impide conciliar el sueño? El 48% reconoce que el principal factor que les dificulta “coger” el sueño es pensar en las preocupaciones del día siguiente.

Entre las preocupaciones, por segmentos de población, tanto los jóvenes (18-35 años) como los adultos (36-65) admiten que el trabajo es su mayor “obstáculo” que les impide dormir bien, por delante de la salud, siendo esta la principal preocupación en las personas mayores de 65 años que participaron en el estudio.
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