El lugar donde se ubica la grasa en el cuerpo, especialmente en la cintura, puede aumentar el riesgo de ciertos cánceres

El lugar donde se ubica la grasa que tenga en exceso nuestro cuerpo podría ser tan clave para su riesgo de padecer cáncer como cuánto sobrepeso se tenga, y es que así se desprende de una nueva investigación.

En concreto, el estudio que, ha sido publicado en la revista British Journal of Cancer, reveló que tener demasiada grasa alrededor de la cintura es un indicador tan fiable del riesgo de cáncer relacionado con la obesidad como el índice de masa corporal (IMC).

En palabras del autor principal del estudio, Heinz Freisling, científico en la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, “nuestros hallazgos muestran que tanto el IMC como el lugar en que se tiene la grasa en el cuerpo pueden ser buenos indicadores del riesgo de cáncer relacionado con la obesidad”.

En el estudio, los investigadores analizaron los datos de casi 43.000 personas a las que se dio seguimiento durante un promedio de 12 años, y más de 1.600 personas a las que se les diagnosticó un cáncer relacionado con la obesidad.

Según el estudio, 4.3 pulgadas (unos 11 centímetros) adicionales en la cintura aumentan el riesgo de cáncer relacionado con la obesidad en un 13%, y 3.1 pulgadas (7.8 centímetros) en las caderas se asociaron con un aumento en el riesgo de cáncer en un 15%. Pero los hallazgos no demostraron que el exceso de grasa en la zona media provoque el aumento del riesgo de cáncer.

Tener sobrepeso u obesidad: factores de riesgo para desarrollar ciertos cánceres 

Julie Sharp, jefa de información sobre la salud de Cancer Research UK, considera que “este estudio hace más hincapié en que independientemente del modo en que se mida, tener sobrepeso u obesidad puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertos cánceres”, como el cáncer de mama y el intestinal. Y es que después de fumar, tener sobrepeso u obesidad es la mayor causa individual prevenible de cáncer y se asocia con 13 tipos de cáncer, como el de intestino, de mama y de páncreas, advierten los investigadores.

Es importante que las personas estén informadas sobre los modos de reducir el riesgo de cáncer. Y aunque no hay garantías contra la enfermedad, mantener un peso saludable puede ayudarle a que las probabilidades estén a su favor, y también tiene muchos beneficios más”, añade Sharp. Consejos como “hacer cambios pequeños en la alimentación, la bebida y mantenerse físicamente activo, puede ayudar a la a tener un peso saludable y mantenerse así”.

Creemos que es importante estudiar algo más que solo el IMC cuando se piense en el riesgo de cáncer. Y nuestra investigación añade una mayor comprensión sobre cómo la forma del cuerpo de las personas podría aumentar su riesgo”, concluye Freisling.
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