Stream, la terapia online capaz de mejorar la calidad de vida de los enfermos con cáncer

Recibir el diagnóstico de tener cáncer genera angustia, miedo, incertidumbre, además de los efectos que las sesiones de quimioterapia deja en el cuerpo del paciente, incluso en la capacidad para tolerar el tratamiento; sin embargo, ahora, todos esos miedos y que también los familiares padecen al ver sufrir a su ser querido, puede verse ahora aliviada con una terapia online que presenta la misma eficacia que las realizadas cara a cara.

En la 53 Reunión Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) que, desde el viernes 2 de junio hasta hoy martes ha reunido a más de 30.000 expertos en todo el mundo, se ha puesto de manifiesto la importancia del apoyo psicológico a estos enfermos, ya sean los diagnosticados o los que están en un estado avanzado, mediante ponencias y presentación de estudios; uno de ellos, elaborado por oncólogos del Hospital Universitario de Basilea (Suiza) constató “una mejora clínicamente significativa” de la calidad de vida de 129 participantes, siendo la mayoría mujeres con cáncer de mama en estadios tempranos, aunque también pacientes con cáncer de pulmón, ovario y gastrointestinal, linfoma y melanoma.

En el estudio, los psicólogos revisaron semanalmente el progreso de pacientes de distintos lugares de Austria, Suiza y Alemania y les proporcionaron orientación y apoyo personalizado, mientras ellos a su vez podían escribir a los terapeutas a través de Stream, que así se llama el programa y, que está basado en enfoques de comportamiento utilizados en psicoterapia.

Stream es un programa de gestión en línea del estrés de ocho semanas de duración que abarca entre otros aspectos, la reacción corporal al mismo, los sentimientos o las interacciones sociales de los pacientes.

Stream, un modelo tan eficaz como la tradicional terapia “cara a cara” 

Usado para ciertos trastornos psicológicos como la ansiedad, este modelo a distancia puede ser tan eficaz como la tradicional terapia “cara a cara”, con la ventaja que conlleva menos tiempo para el terapeuta y por ende, es más conveniente para los pacientes, ya que pasará por momentos en los que tienen que afrontar muchas citas médicas por su enfermedad. Al respecto, Viviane Hess, oncóloga del Hospital Universitario de Basilea, afirma que “las nuevas tecnologías abren nuevas oportunidades. Con esta intervención podemos ofrecer apoyo psicológico a los pacientes desde la comodidad de los salones de sus casas”.

Superan un cáncer de mama, pero en el 70% de las mujeres jóvenes tienen temor por recaer 

Alrededor de la mitad de quienes superan un cáncer (un 70 % en el caso de mujeres jóvenes que han padecido un cáncer de mama) tienen un temor entre moderado y alto de recaída, algo que puede llegar a ser tan angustioso que afecta negativamente a su estado de ánimo, relaciones, trabajo o calidad de vida.

Un ensayo clínico aleatorio en fase II, consistente en una intervención psicológica llamada ‘Conquer Fear’ y, que de momento está en marcha solo en investigación antes de pasar a la práctica clínica, redujo ese temor en los pacientes inmediatamente después de ser intervenidos y también pasados entre tres y seis meses desde la operación.

En este caso, los terapeutas realizaron cinco sesiones cara a cara individuales de una hora a una hora y media durante 10 semanas con 222 supervivientes de cáncer de mama, colorrectal o melanoma, con los que trabajaron en la forma de aceptar la incertidumbre inherente a la recaída de la patología o en estrategias para controlar la preocupación, entre otros aspectos.

La reducción del miedo en el grupo de intervención psicológica fue lo suficientemente grande como para mejorar la supervivencia psicológica y emocional”, destacó Jane Beith, oncóloga médica de la Universidad de Sydney en Australia.

Otro ensayo clínico aleatorio de 305 pacientes con cáncer avanzado de los Institutos Canadienses de Investigación en Salud confirmó que una breve terapia psicológica, llamada ‘Managing Cancer And Living Significativamente’ (CALM), podría ayudar a los enfermos avanzados y a sus familiares a afrontar la enfermedad. En este caso, a los tres meses, el 52% tuvo una reducción “clínicamente importante” en los síntomas depresivos y de ansiedad, frente al 33% de los que recibieron una atención habitual, que también estaban menos preparados para el final de la vida.

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