En verano la deshidratación puede afectar más a personas que padecen cardiopatías

Las altas temperaturas a las que estamos expuestos durante el verano pueden provocar una pérdida excesiva de líquidos, lo que da lugar a la deshidratación que, aunque no es un factor de riesgo cardiovascular, puede afectar en mayor medida a las personas que sufren arritmias, cardiopatía isquémica o insufiencia cardíaca, tal y como señala la especialista en Cardiología del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, la Dra. Ana Alegría.

Concretamente, esta experta considera que, aunque el calor no afecta directamente al corazón, “sí puede contribuir a un empeoramiento de determinados pacientes”, especialmente los cardiacos, por lo que destaca sobremanera la importancia de prestar atención a los síntomas que pueden ser indicio de pérdida excesiva de líquidos, como son el aletargamiento, mareo, flojedad, sequedad de boca y piel, y ojos hundidos y apagados.

Ante la alerta por calor, la prevención es el arma fundamental

Para evitar situaciones extremas, el “arma fundamental” es la prevención, sobre todo cuando estamos en alerta por calor, siendo este el momento en el que es “necesario” evitar la exposición solar en las horas centrales del día e hidratarse de manera óptima. Incidiendo de nuevo en los pacientes cardiacos y destacando que en el mercado existen varios fármacos fotosensibilizantes que impiden la exposición al sol.

Entre los consejos, de sobra conocidos en esta época del año, la Dra. Alegría recuerda seguir una dieta cardiosaludable, como la dieta mediterránea, ya que esta es “muy apropiada” para días de calor, y es que fomenta el consumo de frutas y verduras frescas. Además, “es aconsejable también la ingesta de abundante líquido, tanto en alimentos, como por ejemplo el gazpacho, como a base de agua” y, en la medida de lo posible “evitar o limitar el consumo de alcohol, pues para metabolizarlo el cuerpo pierde mucho líquido y se deshidrata”.

En cuanto a la práctica de ejercicio, lo aconsejable es evitar las horas de máxima temperatura, especialmente si nos referimos a actividades de alta intensidad. Al respecto, esta recomendación es extendible tanto para pacientes con problemas cardiacos, como para personas sanas, “ya que la deshidratación y el sobreesfuerzo pueden producir un golpe de calor”, concluye la doctora.
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