Los socorristas que trabajan en piscinas cubiertas están expuestos a problemas respiratorios y de irritación en garganta y ojos

Los socorristas que pasan más de 500 horas al año en piscinas cubiertas son entre dos y seis veces más propensos que sus colegas no tan expuestos a esos ambientes a tener tos, asma e irritación de garganta y ojos. Y es que así se desprende de un reciente estudio en Canadá.

Como indican los autores en International Journal of Environmental Health Research, la mayoría de los síntomas mejoraron cuando la temporada de trabajo finalizó, lo que sugiere que las sustancias químicas para el mantenimiento de las piscinas estarían originando los síntomas.

En los últimos años, en la provincia de Quebec y otras localidades, creció entre los socorristas y nadadores profesionales la toma de conciencia de la posible irritación que podían causar las piscinas cubiertas”, afirma la autora principal, Gabrielle Bureau, del Departamento de Medicina Social y Preventiva de la Universidad de Laval, Quebec. “Pero este estudio”, prosigue, “claramente destaca el hecho de que los ambientes con piscinas tendrían efectos adversos en la salud respiratoria y sugiere que existiría una relación entre los síntomas respiratorios y el tiempo de exposición como socorrista”.

En concreto, el equipo de Bureau, entrevistó con cuestionarios online a socorristas activos y retirados. 601 de los 870 que respondieron estaban trabajando como socorristas, siendo la mayoría mujeres (tres de cada cuatro). Tenían entre 18 y 64 años, con un promedio de 22 años para los socorristas activos y de 29 para los retirados.

El 78% de los socorristas había tenido por lo menos un síntoma respiratorio el año previo y el 23%tenía asma diagnosticado.

Sustancias contaminantes llamadas desechos biológicos de la desinfección, como es la tricloramina (NCl3)

Los socorristas que pasaron más de 500 horas en piscinas cubiertas el año anterior eran 2,5 veces más propensos a tener tos o dolor de garganta que aquellos con menos de 50 horas de exposición. También eran cuatro veces más propensos a tener irritación ocular.

Entre los socorristas asmáticos, pasar más de 500 horas por año en una piscina cubierta aumentaba seis veces el riesgo de sufrir crisis asmáticas.

La mayoría de las piscinas en el mundo se desinfectan con productos con cloro”, dijo Bureau. La reacción entre el cloro y la materia orgánica libre, como las células de la piel, los cosméticos, la orina, el protector solar y el sudor en el agua, produce una gran cantidad de sustancias contaminantes llamadas desechos biológicos de la desinfección (DBP, por su nombre en inglés).
..Redacción

 

 

 

Uno de esos DBP es la tricloramina (NCl3) o tricloruro de nitrógeno, una sustancia contaminante altamente volátil que le da a las piscinas cubiertas ese olor característico a cloro. La NCl3 sería la principal sustancia contaminante responsable de la irritación”, concluyó.

Opinión

Multimedia

Economía

Accede a iSanidad

Síguenos en