Hasta un tercio de las muertes al año de pacientes ancianos hospitalizados por neumonía adquirida en la comunidad (NAC) se deben a eventos cardiovasculares, incluso en aquellos que no han sido diagnosticados con patologías previas, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Toráxica (SEPAR).
“La incidencia es comparable entre hombres y mujeres hasta los 65 años de edad, pero claramente superior en varones a partir de esa edad”, indica la secretaria del programa de Investigación en Infecciones de (SEPAR), Rosario Menéndez. “El riesgo de neumonía aumenta con la edad y se multiplican en hombres mayores de 75 años. La mayoría de los casos en pacientes mayores de 55 años está asociada al menos a un factor de riesgo”, añade.
Bajo el título ‘¿Es la NAC un nuevo factor de riesgo cardiovascular?’ esta especialista ha expuesto este argumento, en el que además señala que el 10% de pacientes hospitalizados por esta patología desarrollan eventos cardíacos isquémicos, así como otras complicaciones durante el ingreso hospitalario.
El riego de compliaciones cardíacas, a los días posteriores del diagnóstico de neumonía es mayor
A los pocos días del diagnóstico de neumonía, el riesgo de complicaciones cardíacas es mayor, y es que el dato es concluyente: casi el 90% de los eventos se dan dentro de la primera semana dictamen, y más de la mitad es identificado dentro de las primeras 24 horas.
Asimismo, el riesgo disminuye con el tiempo, ya que mientras que en los primeros 30 días, la probabilidad de desarrollar enfermedad cardiovascular tras la infección por neumonía es hasta cuatro veces superior que en el grupo de control, en el décimo año, es poco menos del doble.
La vacunación antineumocócica y antigipral como prevención
Para prevenir la neumonía adquirida en comunidad, como indica la experta, es “fundamental la vacunación antineumocócica y antigripal, y la concienciación del paciente para que deje de fumar”, además, esta vacuna es una opción que reduce el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular.
También, puede ayudar medidas tan sencillas como una buena higiene dental, sobretodo en personas mayores y con otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular como la diabetes, el tabaquismo o el colesterol alto.
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