La mortalidad por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) creció un 11,6% ciento a nivel mundial entre los años 1990 y 2015, mientras que las muertes por asma en el mismo periodo descendieron un 26,7%. Y es que así se desprende de los resultados de un análisis publicado en la revista The Lancet Respiratory que muestran que aunque el asma sigue siendo la enfermedad respiratoria más prevalente, la EPOC es más “mortífera” ya que causa hasta ocho veces más muertes, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates, el trabajo se ha realizado a partir del estudio sobre la carga mundial de enfermedades 2015 que, sitúa a la EPOC como la cuarta causa de muerte en el mundo, por detrás de la cardiopatía isquémica, el cáncer y las neumonías.
En concreto, en 2015, la EPOC causó la muerte de 3,6 millones de personas en todo el mundo, mientras que el asma provocó 400.000 defunciones. Además, la prevalencia de ambas patologías ha crecido desde 1990; un 44,2% en el caso de la EPOC y un 12,6% en el del asma.
“Los números de casos absolutos en todo el mundo han aumentado porque hay más población y a su vez más población envejecida, pero cuando evaluamos la tendencia epidemiológica de ambas enfermedades por tasas de edad estandarizadas, vemos que en realidad se han vuelto menos comunes y menos mortales desde 1990″, afirma Joan Soriano, epidemiólogo y primer firmante de este estudio.
En España, el número de muertes por enfermedades del aparato respiratorio aumento casi un 19% en 2015
En España el número de fallecidos por enfermedades del sistema respiratorio se incrementó un 18,3% en 2015, hasta situarse con una tasa de 111,7 muertes por cada 100.000 habitantes. Aunque la más prevalente es el asma, con 3,1 millones de afectados, la EPOC tiene ya 2,9 millones de pacientes.
Los principales factores de riesgo que conducen al desarrollo y progresión de la EPOC son el tabaquismo y la contaminación del aire, a los que hay que añadir el uso de combustibles como madera o carbón en interiores para cocinar o calentar el hogar, acciones que se dan en los países más desfavorecidos. Mientras que las causas del asma son más variadas, con pólenes, alérgenos animales, exposiciones ocupacionales, y hongos, aunque también contribuye el tabaquismo activo o pasivo.
En España el 73% de los pacientes que sufren EPOC están sin diagnosticar
“Es crucial que las personas expuestas a estos factores de riesgo acudan a un neumólogo y se sometan a una evaluación de la función pulmonar, pues tanto la EPOC como el asma se pueden diagnosticar con una espirometría y son tratables”, indica Soriano.
En el caso de la EPOC, tal y como apunta este experto el diagnóstico es vital para controlar la patología, ya que el daño que se va produciendo en el tejido pulmonar “llega a ser irreversible y se añade al proceso natural del envejecimiento”. De hecho, ambas enfermedades son una importante causa de discapacidad, ya que en 2015 la EPOC causó el 2,6% de los años de vida ajustados o perdidos por discapacidad, mientras que el asma se asoció al 1,1%.
En España diversos estudios apuntan que hasta el 73% de los pacientes que sufren EPOC están sin diagnosticar. Aunque el asma sea menos mortal, los neumólogos destacan que no se debe restar importancia a las crisis asmáticas, y es que cerca de un 2% de los ingresos en hospitales españoles están producidos por crisis asmáticas y el 80% son evitables ya que son debidas a un mal control del asma.
Para 2020 se prevé que la EPOC sea la tercera causa de muerte en el mundo, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2030 el 7,8% de todas las muertes serán producidas por esta enfermedad.
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