Durante las IV Jornadas Nacionales de Dolor de SEMERGEN que, del 13 al 14 de abril se han celebrado en Cádiz, Grünenthal Pharma organizó dos mesas de trabajo con el objetivo favorecer el manejo del dolor en Atención Primaria contando con la integración de las unidades del dolor.
Al existir distintos tipos de dolor, hay diferentes tratamientos para paliarlo, en el caso del dolor neuropático localizado, este responde mal a aquellos tratamientos con analgésicos convencionales como el paracetamol, nolotil, antinflamatorios e incluso a la mayoría de los opioides, como explicó durante el taller dedicado a esta patología, el Dr. José Manuel Trinidad Martín-Arroyo, coordinador de la Unidad del Dolor del Hospital Puerta de Mar de Cádiz y director del Instituto contra el Dolor Dr. Trinidad.
El dolor neuropático localizado se produce por la lesión de una parte del sistema nervioso y, se caracteriza por un hormigueo, calambre o sensación desagradable con el roce de la piel. “Habitualmente está infradiagnosticado, bien porque no se le concede la importancia que requiere en la exploración” afirma el doctor Trinidad.
El dolor neuropático localizado está infradiagnosticado porque no se le da la importancia que precisa y porque el paciente lo percibe como consecuencia inevitable de la cirugía
Según este experto, el cuadro sintomático puede aparecer tras un herpes-zoster, el daño de nervios periféricos por quimioterápicos o diabetes, así como también por la lesión que se puede producir durante la intervención quirúrgica que puede llegar a darse hasta en un 20-30% de los casos de mastectomías, toracotomías, amputaciones o cirugías de hernia inguinal.
Un dolor neuropático localizado que también está infradiagnosticado “porque el paciente lo percibe como una consecuencia inevitable de la cirugía”, añade el doctor, quien ha identificado dos retos importantes: detectar a estos pacientes a través del médico de Atención Primaria, y procurar un tratamiento precoz en los primeros seis meses, sobre todo en el caso del dolor neuropático localizado postquirúrgico.
Al respecto, el coordinador de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario Puerta de Mar de Cádiz destaca la evolución en el tratamiento de esta patología, que se trataba habitualmente con neuromoduladores (antidepresivos y anticonvulsivantes), cuyos efectos adversos pueden limitar su uso, sobre todo, en ancianos.
Actualmente, el parche de capsaicina puede considerase un hito en el abordaje de este tipo de dolor. “Con esta diana terapéutica vamos directamente a las terminaciones nerviosas cutáneas de la zona del dolor, sin efectos secundarios sistémicos, con un buen perfil de seguridad y con la diferencia de que muchos pacientes únicamente necesitan una aplicación durante una hora cada cuatro o cinco meses, debiendo realizarse por un profesional experto”, concluye.