..Miguel Ángel Máñez. SaludconCosas.
En paralelo a la tan citada humanización de la asistencia sanitaria, han emergido los conceptos de “
atención centrada en el paciente” y “
atención centrada en la persona“. Tal y como señala Rodrigo Gutiérrez en su blog Regimen Sanitatis (tiene dos entradas imprescindibles –
esta es una, y
esta es la otra– para conocer mejor el alcance de estos términos y su relación con la humanización):
“Con frecuencia nos hemos referido a la humanización de la asistencia sanitaria como la puesta en práctica de una forma de atención equivalente en gran medida al modelo que se ha dado en denominar como atención centrada en la persona, un amplio concepto que, básicamente, significaría atender con dignidad, compasión y respeto a la gente; ofrecerles atención, apoyo y/o tratamiento coordinados; proporcionarles atención, apoyo y/o tratamiento personalizados y, finalmente, apoyar a las personas a reconocer y desarrollar sus propias fortalezas y habilidades para permitirles vivir una vida independiente y satisfactoria“.
Aunque suenen de forma muy parecida, la diferencia persona/paciente marca las diferencias clave en su conceptualización tal y como plantea Barbara Starfield en este breve artículo.
Al final, este tipo de modelos dependen mucho de como los entienda e incorporen en su día a día los profesionales y los gestores. En 2018, un grupo de investigadores estadounidenses de la Veterans Health Administration publicó
un artículo para intentar conocer como los profesionales sanitarios conceptualizan la atención centrada en el paciente (“
Patient-centred care is a way of doing things: How healthcare employees conceptualize patient-centred care“). Para ello siguieron el modelo definido en 2000 por
Mead y Bower.
Las respuestas se agruparon en tres categorías: (1) los profesionales que entienden el concepto y lo aplican esencialmente en el encuentro clínico con el paciente (ver al paciente como una persona, compartir toma de decisiones y responsabilidad), (2) los que entienden el concepto y plantean que se extienda a toda la organización (cambiar la cultura y muchos procesos no asistenciales) y finalmente (3) los que siguen anclados a concepciones anticuadas de atención sanitaria.
Pero, ¿y los gestores y directivos? ¿Qué opinan de este tipo de modelos y conceptos? En 2015 se publicó un estudio cualitativo realizado con directivos de toda Europa con el título “
European hospital managers’ perceptions of patient-centred care“. Casi todos los directivos entrevistados manifestaron que el nivel de “patient-centred care” en sus centros era insuficiente y tenía un amplio margen de mejora.
Entre las barreras más citadas para mejorar la implantación de este modelo se citaron las expectativas del paciente así como su nivel de alfabetización en salud y situación socioeconómica, y también la resistencia al cambio de los profesionales. En un ámbito más macro, se habló del cambio cultural, así como de los problemas económicos, presupuestarios y de tiempo. Sin duda, una lista de barreras muy habitual en el entorno sanitario.
Respecto a los elementos que podrían facilitar su puesta en marcha, se incluye la aprobación de un marco legal sobre este tema por parte de la autoridad sanitaria (una ley, un plan, una estrategia, etc). Además se citó la necesidad de incrementar la comunicación con los pacientes por parte de directivos y profesionales, así como la participación de pacientes y asociaciones.
Hace un año se publicó
un estudio sobre el papel de las supervisoras de enfermería en la atención centrada en el paciente. Las conclusiones fueron muy llamativas: (1) quedarse en el despacho no contribuye a mejorar este tipo de atención, (2) estar cerca de los pacientes contribuye a mejorar este modelo, pero… (3) cuando el propósito de esa cercanía con el paciente es controlar y revisar el trabajo de los profesionales, no consigue nada.
Quizás sea el momento de recalcar que este tipo de modelos de atención (incluso de gestión) centrada en el paciente y en las personas son una parte esencial de la mejora de la práctica asistencial. hablamos de estar más cerca del paciente y de sus necesidades, pero también hablamos de que los jefes/gestores/directivos deben facilitar a los profesionales su trabajo. Humanizar no es solo ganar premios, también es promover un entorno de trabajo en el que la atención centrada en la persona pueda convertirse en realidad