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Investigadores de la Universidad de Queensland (Australia) y Vrije Universiteit en Ámsterdam (Holanda) han descubierto los genes que están implicados en el desarrollo del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), autismo, trastorno bipolar, depresión mayor y esquizofrenia.
El estudio del que se ha hecho eco la revista Psychological Medicine, revela de qué manera los expertos analizaron a 400.000 personas, teniendo el objetivo de conocer qué clase de genes estaban implicados en estos trastornos psiquiátricos. Puediaron comprobar que algunos estaban involucrados en la misma vía biológica o en la misma clase de tejido.
Como detallan los investigadores, “hemos demostrado que los genes altamente expresados en el cerebro afectan a los diferentes trastornos. Incluso algunos estaban relacionados con todas las enfermedades que analizados. Esto demuestra que hay un conjunto común de genes que aumentan el riesgo de padecer estas cinco patologías”.
De hecho, pudieron comprobar que los genes especialmente activos en el cerebro son importantes en el desarrollo de estas patologías; mientras que los genes activos en otros tejidos no desempeñan un papel trascendental. “Nuestros hallazgos son un primer paso importante. En concreto hacia la creación de nuevos medicamentos que pueden ser efectivos para una amplia gama de paciente;, independientemente de su diagnóstico exacto. Este conocimiento nos acercará al desarrollo de una medicina personalizada más efectiva”, concluyen.
En España alrededor de 2,4 millones de personas están diagnosticadas de depresión mayor
Con 322 millones de personas afectadas, la depresión es la mayor causa de mala salud y de discapacidad en el mundo. Para la economía mundial supone un costo de 1 billón de dólares anuales, calculados en función de los gastos sanitarios que genera, la pérdida de productividad por el ausentismo laboral, y de potencial cuando los afectados son niños o jóvenes.
En España alrededor de 2,4 millones de personas están diagnosticadas de depresión mayor pero, de éstas, se calcula que solamente el 28% sigue correctamente el tratamiento prescrito por su médico.