..Juan Pablo Ramírez.
..Cristina Cebrián (Fotografía y vídeo).
Jesús María Fernández ha dado el salto de la política al mundo de la empresa. El que fuera portavoz de Sanidad del PSOE en el Congreso de los Diputados hace dos legislaturas, ha puesto en marcha Hiris, una start up orientada a impulsar la revolución tecnológica que requiere nuestro sistema.
Soplan vientos de cambio en España y en Europa. Recientemente la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, anunció la creación de un espacio europeo común de datos sanitarios. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, comunicó su intención de elaborar un Libro blanco de transformación digital. Fernández celebra ambas iniciativas. Le preocupa que Europa se queda atrás en la carrera con respecto a Estados Unidos y a China. “No podemos tener unos datos sanitarios con enorme valor escondidos en un sistema de información”, advierte.
¿Cómo surge Hiris?
Surge porque hace falta una empresa con un equipo de profesionales que conoce el mundo de la salud y de la tecnología. Pretendemos ayudar al sistema sanitario español a dar este salto tecnológico que es necesario. En concreto surge de un programa europeo que tuve la oportunidad de participar. Allí estuvimos distintas personas de diferentes países estudiando los avances en innovación sanitaria en América, África y en Europa. Tenemos una oportunidad y un reto como sistema sanitario español de hacer esta segunda revolución tecnológica. Hiris nace para ayudar a al sistema sanitario a dar este salto tecnológico.
En Hiris, pretendemos ayudar al sistema sanitario español a dar este salto tecnológico que es necesario
¿Cómo puede ayudar Hiris en este salto tecnológico?
El sistema sanitario y del cuidado de las personas, porque también queremos abordar los servicios sociales, tiene que cambiar para afrontar las nuevas necesidades de las personas. Tenemos la posibilidad de hacer diagnósticos más precisos, encontrar nuevos tratamientos, nuevos mecanismos para cuidar de las personas…
Tenemos la tecnología, pero falta el puente con el mundo sanitario. A veces las tecnologías no están pensadas para el mundo de la sanidad o los responsables sanitarios no conocen las oportunidades que presentan estas tecnologías. El equipo de profesionales de Hiris trabajamos para construir ese puente entre las oportunidades tecnológicas y las necesidades de cuidado de las personas.
Comentaba que estamos inmersos en una segunda revolución tecnológica, ¿a qué se refiere?
La primera ha sido la digitalización de los procesos clínicos y administrativos en la sanidad. En comparación con los demás países europeos, España está a la cabeza en digitalización de la historia clínica, de la receta médica, en la tarjeta sanitaria, en la interconexión cada vez mayor de estos sistemas dentro del SNS. Ahora que tenemos digitalizados los datos tenemos que aprender a darles valor y sacarles rendimiento.
Podemos hacer una análisis de las enfermedades, conocer mejor las necesidades individuales de cada persona, utilizar inteligencia artificial para tratamientos más precisos, para encontrar nuevos medicamentos, para hacer más rápidos los diagnósticos y ayudar a los médicos a tomar decisiones… Esa es la segunda revolución digital: el uso de los datos a través de sistemas de big data e inteligencia artificial y la utilización de nuevos dispositivos que permiten la conectividad en tiempo real y monitorizar enfermedades como la diabetes.
Tenemos la tecnología, pero falta el puente con el mundo sanitario
Existe cierto miedo en el colectivo médico, ¿cómo va a cambiar la digitalización su día a día?
Cuando comparamos la digitalización de la sanidad y otros sectores como la banca o lo viajes, vemos que en la sanidad estamos muy atrás. Todavía la atención sanitaria, se presenta en un consultorio delante de un profesional. ¿Por qué no avanzamos? Está muy estudiado. No hay una sola causa. La primera es que invertimos poco en innovación tecnológica en comparación con otros sectores. La segunda es que existe esta falta de entendimiento y de confianza de los profesionales en las tecnologías.
Hay que educar mejor a los profesionales en el uso de la tecnologías desde las facultades de medicina, enfermería o farmacia. Pero debemos incorporarla entendiendo la idiosincrasia y la manera de trabajar de los profesionales. No se trata de imponer sino de poner en marcha procesos de innovación que van de la mano de los profesionales. Por este motivo, Hiris también es necesario. Hace falta conocimiento del sector sanitario y de las tecnologías para establecer los mejores procesos de adopción de la tecnología en los centros sanitarios.
Hay que educar mejor a los profesionales en el uso de la tecnologías desde las facultades
Nadie habla de banca digital, pero nadie entiende la banca hoy sin la digitalización. ¿Qué falta para que dejemos de hablar de salud digital?
La población lo va a demandar. Los grandes usuarios de la sanidad son las personas mayores que más tarde se incorporan al mundo digital. La gente mayor empieza a utilizar los teléfonos móviles con mayor edad. Esa generación digital se va ampliando. Tenemos la posibilidad de ofrecer consejo médico a través de plataformas o usar a veces tecnologías simples que son más fáciles de adoptar. Recuerdo cuando estuve de viceconsejero en el Gobierno vasco, pusimos en marcha un consejo sanitario que ofrecíamos a través de plataforma web o móvil o teléfono fijo. Cada usuario utilizaba el canal que le resultara más familiar. La tecnología no es el problema.
Afortunadamente hoy se pueden ofrecer servicios a través de muchos canales. Hay que establecer bien los procesos y asegurar que los algoritmos para hacer el diagnóstico y el consejo sanitario tienen calidad. En los próximos 10 años, la sanidad española va a dar un salto cualitativo en la adopción de tecnología.
Una de las áreas donde se puede producir este salto cualitativo en investigación biomédica. Hace unos días conocíamos el descubrimiento de un nuevo antibiótico a través de inteligencia artificial. ¿Cómo va a cambiar la investigación y los ensayos clínicos?
Lo va a cambiar completamente. Todas las grandes farmacéuticas se encuentran inmersas en procesos de transformación digital que cambiará la manera de descubrir nuevas moléculas. Primero porque el uso del big data, la inteligencia artificial y la secuenciación genómica nos permiten entender mejor la biología y las causas de las enfermedades y los mecanismos de intervenir sobre las enfermedades, buscando dianas terapéuticas, biomarcadores genéticos…
Todas las grandes farmacéuticas se encuentran inmersas en procesos de transformación digital que cambiará la manera de descubrir nuevas moléculas
La gestión de toda esa información sería inviable sin los grandes computadores y sistemas de información. Nos permite llevar el medicamento antes a los pacientes. El big data nos permite realizar una evidencia en tiempo real con lo cual podemos dedicar menos tiempo a la investigación en eficacia y seguridad sino llevarlo al mercado y observar en tiempo real su eficacia y seguridad en pacientes reales y no en pacientes de ensayo clínico.
Nos permite además otro aspecto importante encontrar, en un contexto marcado por la medicina de precisión, los ensayos clínicos disponibles en cualquier parte del mundo para un determinado paciente. lo que antes era una labor de ir hospital por hospital a comprobar si existía un ensayo clínico para un paciente con una determinada enfermedad. Hoy se puede hacer desde un ordenador. Permite descubrir antes, hace más eficiente el proceso de búsqueda de tratamientos y facilita el acceso a los ensayos clínicos por parte de los pacientes.
La gestión de la información de los resultados clínicos del paciente nos facilita un pago por valor que es tan importante con los fármacos que cueste medio millón de euros
Favorecería también la medición de resultados, que es una de las grandes carencias del SNS.
Cuanto mayor es el coste de los medicamentos, más importante es conocer los resultados. Se tiene que suspender un tratamiento si no tiene un valor terapéutico en ese paciente o ajustar los precios en la medida de su valor terapéutico. La gestión de la información de los resultados clínicos del paciente nos facilita un pago por valor que es tan importante con los fármacos que cueste medio millón o un millón de euros por paciente y tratamiento.
Comentaba que España es uno de los países más avanzados en digitalización pero aún nos queda el último paso de la interoperabilidad entre las comunidades autónomas. La presidenta de la Comisión Europea hablaba también hace poco de un espacio europeo de datos, ¿es realista en el contexto en el que estamos? ¿De qué plazos estamos hablando?
Europa se está quedando atrás con respecto a otras potencias como Estados Unidos o China en el descubrimiento biomédico. Europa siempre ha sido, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, el gran descubridor de medicamentos y donde la sanidad era la más avanzada. Ahora Estados Unidos y China compiten no solo en investigación, sino también en acercar los medicamentos a los países que lo necesitan.
Necesitamos crear esos espacios de datos con todas las garantías de seguridad y privacidad. No podemos tener unos datos sanitarios con enorme valor escondidos en un sistema de información de historia clínica
Ese salto lo están haciendo los países utilizando las tecnologías de la información. Europa tiene el tejido industrial necesario, tiene unos sistemas sanitarios públicos magníficos y una red científica extraordinaria. Nos falta saber utilizar los datos clínicos para poder competir con China y Estados Unidos. Por eso la semana pasada la Comisión Europea lanzaba el Libro blanco de la inteligencia artificial y la estrategia de datos europeas donde se establece la creación de un espacio común de datos sanitarios europeo. Lo debemos hacer a escala europea. Otra cosa es que los países tengan su propia estrategia digital en salud.
Es una buena noticia que el ministro Salvador Illa anunciara en la Comisión de Sanidad que el Ministerio va a trabajar en un Libro blanco de transformación digital de la sanidad española y necesitamos crear esos espacios de datos con todas las garantías de seguridad y privacidad. No podemos tener unos datos sanitarios con enorme valor escondidos en un sistema de información de historia clínica. Además de servir para el tratamiento y el seguimiento de ese paciente, tienen un enorme valor para el descubrimiento de nuevos tratamientos.