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La suplementación con vitamina D puede ser un aliado importante para pacientes con síndrome de intestino irritable. Un estudio de la Universidad de Sheffield pone de manifiesto que la mayoría de los pacientes que sufre esta enfermedad presenta una carencia de esta vitamina. Su consumo podría suponer una mejora en la calidad de vida ya que permitiría reducir los dolores abdominales que provoca esta patología.
Precisamente se trata de una enfermedad que en los últimos años ha ganado peso en la sociedad. La Fundación Española de Aparato Digestivo estima que un 20% de la sociedad sufre esta patología, pero solo un 15% acude a su médico para ponerle remedio. Este dato pone de manifiesto un alto nivel de infradiagnóstico en esta patología.
Un estudio de la Universidad de Sheffield pone de manifiesto que la mayoría de los pacientes que sufre un síndrome de intestino irritable presenta una carencia de vitamina D
El artículo publicado en la revista en European Journal of Clinical Nutrition va más allá y advierte que el déficit de vitamina D también se observa en pacientes con cáncer colorrectal. El texto hace referencia a siete estudios, cuatro observacionales y tres randomizados, que analiza el papel de la vitamina D en estas patologías. Los primeros confirman esta carencia en los pacientes de síndrome de intestino irritable. Otros dos de los segundos ponen de manifiesto esta mejora en la calidad de vida, gracias a la suplementación.
“A la luz de estos resultados, parece evidente que la población afectada por esta enfermedad debería realizarse una prueba para medir sus niveles de vitamina D y que una gran mayoría de los pacientes se beneficiaría de la toma de suplementos”, explicó el investigador principal del estudio, el Dr. Bernard Corfe, profesor titular del Departamento de Gastroenterología Molecular de la Universidad de Sheffield.
La Fundación Española de Aparato Digestivo estima que un 20% de la sociedad sufre esta patología, pero solo un 15% acude a su médico para ponerle remedio
Ya en 2004, un estudio del Instituto de Salud Carlos III hacía referencia a esta carencia. Los investigadores trataban de demostrar la importancia del consumo de fibra en pacientes con síndrome de intestino irritable. Sus investigaciones les llevaron a comprobar que los pacientes presentaban una baja ingesta de vitaminas A y D. Las 53 pacientes analizados consumían una alta cantidad de grasas. El 38,7% de su dieta eran lípidos.
Hasta ahora se había asociado la vitamina D con nuestra estructura ósea. “Es esencial para mantener los huesos, los dientes y nuestros músculos sanos”, subrayó el Dr. Corfe. En países como España la exposición al sol puede ser una ayuda, pero no siempre se consiguen los niveles adecuados. “Resulta complicado para la población conseguir suficiente vitamina D a través de la dieta y durante el invierno el sol no es lo suficientemente fuerte para ayudar al organismo a lograr estos niveles”, añadió. El investigador destacó que esta investigación es “una oportunidad para poner en valor la importancia de la Vitamina D esencial en la salud general”.
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