Los profesionales del Marañón escriben una carta “desde el corazón” para sus pacientes de Covid

gregorio-maranon-estudio-seroprevalencia-residencias-mayores-anticuerpos-madrid
Foto: Eduardo Parra - Europa Press

..Redacción.
Los profesionales del Hospital Gregorio Marañón han escrito una carta “desde el corazón” para los pacientes recogiendo las experiencias vividas durante esta pandemia. “Hoy los que formamos esta casa os hablamos desde el corazón. Desde el mismo corazón que estos días hemos utilizado como un impulso de trabajo, como un arma de construcción masiva. Hemos aprendido que quien elige el corazón, no se equivoca nunca”.

La carta del Gregorio Marañón ensalza la relación surgida entre profesionales y pacientes debido a la dureza y soledad de la enfermedad

Esta carta abierta va dirigida “a todos vosotros, a los que no queremos llamar pacientes sino familia. Durante esos interminables días y temidas noches habéis sido nuestras parejas, padres y hermanos, nuestros abuelos, hijos, compañeros y amigos”. Los profesionales del Marañón aseguran que la familia no es una opción, ni un contrato, “no es nada mas y nada menos que entrega”.

“Aprendimos vuestros nombres para que supierais que estabais con nosotros, para que sinitierais que estábamos con vosotros como una necesidad de mutua de reconocimiento. Dicen que nadie sabe su verdadero nombre hasta que no es llamado por una voz ajena”.

Los profesionales han destacado el trato cercano, ante una enfermedad tan dura y solitaria. “Os hemos tratado, os hemos cuidado, pero también os hemos tendido una mano amiga para ofreceros la humanidad de la compañía, esa que os han arrebatado durante tanto tiempo, soledad a la que nos hemos tenido que condenar tantas veces, extirpándonos el primitivo alivio del cariño”.

“Por eso hemos hablado con vosotros, reído y llorado, hemos apretado los dientes de rabia y para coger impulso. Tuvimos que aprender a leer en vuestros ojos preguntas calladas. Intentamos que hallarais en los nuestros miradas de comprensión, consuelo, esperanza, de gratitud y fuerza”.

“Tuvimos que aprender a leer en vuestros ojos preguntas calladas. Intentamos que hallarais en los nuestros miradas de comprensión, consuelo, esperanza, de gratitud y fuerza”.

“Tenemos que confesaros que el miedo a perderos nos ha hecho temblar, sollozar y derrumbarnos. Sin embargo, también nos hizo levantarnos, porque no era fácil llevar bien lo difícil, pero era imprescindible”.

Asegurna que han intentado todo para dar la mejor calidad y calidez posible a los pacientes. “Sin ser conscientes llegamos a acompasar nuestras respiraciones, porque vuestros suspiros eran nuestro aliento. Cada día era necesariamente uno más y nunca uno menos. Celebrábamos con vosotros la vida a pie de vida, porque sabíamos que perderla era perderos”.

“Aprendimos con dolor e impotencia que hay palabras que no se materializan, que decir mascarilla, no protege, y repetir respirador no salva vidas, por mucho que lo intentáramos o lo gritáramos. Sin embargo nada nos paró, ya que cuando uno tiene un porqué siempre encuentra el cómo”.

Asimismo, esta carta destaca la vocación de los profesionales, poniendo a los pacientes y su seguridad como principal objetivo. “Cuando tuvimos que debatirnos entre el miedo y la vocación, siempre optamos por vosotros”. Además, añaden que “cuando no pudimos remediar lo irremediable, aprendimos que a veces aceptar no es perder, sino vencer. Os confesamos que guardamos con amargura ese adiós o esa cama vacía, convivir con lo inevitable no doblega la pena, solo obliga a sobreponerse. Tuvimos mil errores, dos mil aciertos, tres mil maneras de ayudar, cuatro mil desalientos, cinco mil esperanzas pero una sola razón, todos y cada uno de vosotros”.

En este sentido, han asegurado que siempre supieron que “la vida es un don que nos ha sido dado y sólo se merece dándola”. Por ello, decidieron “abrazar a este cruel enemigo común con nuestras vidas para salvar las vuestras”.

Por último, se despiden celebrando la salud con los pacientes. “Intentamos saturar el alma y ahora si cada salida es un triunfo, cada despedida es un aplauso, cada vida una victoria

Hoy todos los que conformamos el Hospital Gregorio Marañón, queremos celebrar con “vosotros” la salud, “porque intentamos suturar el alma y, ahora sí cada salida es un triunfo, cada despedida es un aplauso, cada vida una victoria. Porque ya nunca estaremos solos, y porque hoy, por fin juntos, hemos formado un nosotros

Noticias complementarias:

Opinión

Multimedia

Economía

Accede a iSanidad

Síguenos en