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Verónica Real fue la directora de enfermería del hospital de Ifema. Además, fue una de las elegidas para recoger el premio Princesa de Asturias de la Concordia en nombre de todos los sanitarios en primera línea contra el Covid-19. Verónica Real entiende que sin las enfermeras la atención no sería posible. Después de haber recogido el premio ha atendido a iSanidad.
¿El hospital de Ifema ha sido un éxito?
Desde luego que lo fue. El hospital Covid-19 de Ifema dio la oportunidad de tratamiento y curación a muchas personas que, debido al colapso de los servicios de urgencias hospitalarias, no podrían haber tenido. Se hizo muy buen trabajo, se dio lo mejor de todos y cada uno de los profesionales allí presentes. Y todo ello para obtener un resultado de atención de calidad en los cerca de 4000 personas que allí fueron ingresadas.
También fue un éxito por la coordinación existente entre todos los ámbitos asistenciales allí presentes, así como tantos profesionales de categorías diferentes. Se puso de manifiesto que ante un problema si se trabaja en equipo conseguimos salir adelante de forma excepcional.
El hospital Covid-19 de Ifema dio la oportunidad de tratamiento y curación a muchas personas
¿Cuál está siendo la labor de enfermería durante la pandemia?
En realidad, la labor de la enfermería siempre ha sido y es la misma. La labor es ofrecer a los que se ponen en nuestras manos cuidados de calidad. Lo que ha cambiado en esta pandemia es que se ha hecho más visible para los ciudadanos, el resto de profesionales, e incluso para las autoridades.
El cuidado es la base esencial de conocimiento de las enfermeras. No se conoce acción humana que no lleve implícito el cuidado, así que mucho menos en situación de perdida de la salud en las que sin cuidado no hay curación.
Las enfermeras son el pilar fundamental en el que se sustenta la sanidad, en todos y cada uno de los ámbitos asistenciales. Sin ellas la atención no sería posible.
Para Verónica Real el cuidado es la base esencial de conocimiento de las enfermeras
“Comportamiento ejemplar de la sanidad”, ¿qué sucedió en Ifema y en otros sitios como para merecer el Premio Príncipe de Asturias?
Como decía en la pregunta anterior, la acción de los sanitarios en general siempre es admirable. Trabajamos en la atención de las personas en momentos de mayor necesidad y vulnerabilidad, pero en estos días se ha puesto más en valor porque los medios eras menores a las demandas que se tenían así que los sanitarios tuvieron que trabajar muchas horas, doblar turnos, prescindir de descansos habituales, adaptarse a nuevas formas de trabajo, en muchos casos alejarse de sus familias para poder acudir a lugares donde eran más necesarios e incluso estando cerca de los suyos aislarse por miedo a contagiar a sus seres queridos por el nivel de exposición al que estamos sometidos.
En el hospital Covid-19 de Ifema, como en restos de servicios, hospitales y centros, hubo que readaptar circuitos, protocolos, muchos espacios no habilitados para la atención de pacientes (gimnasios, bibliotecas, pabellones…). Esto conlleva mayor complejidad y más cuando se hace en tan poco tiempo. Además, convivir en la asistencia con los equipos de protección que someten a los profesionales a un estrés térmico difícil de llevar. La hacen más complicada y si normalmente, los sanitarios realizan acciones de acompañamiento a las personas que atienden ahora que además no eran posible las visitas a familiares, tuvieron que acompañar en la soledad más absoluta a miles de personas.
Por todo ello los sanitarios somos merecedores de ese premio como reconocimiento ante los ojos de la sociedad.
Los sanitarios somos merecedores de este premio como reconocimiento ante los ojos de la sociedad
¿Qué piensa la enfermera Verónica Real cuando está recogiendo el Premio Príncipe de Asturias en nombre de todos los sanitarios en primera línea de Covid?
Piensas en lo afortunada que has sido por ser elegida, siendo tantos profesionales los que han estado y siguen estando en esta lucha. Cualquiera hubiera sido una buena elección, y cuesta asimilar esa decisión y pensar que ha pasado un tribunal de tantos integrantes.
En estos días me siento muy orgullosa por pertenecer al colectivo de sanitarios y más en especial de ser “enfermera”. Es una profesión que amo y admiro desde bien pequeña y representar un poquito más a este colectivo a veces no tan bien valorado es fantástico para mi un sueño hecho realidad.
Verónica Real: En estos días me siento muy orgullosa por pertenecer al colectivo de sanitarios y más en especial de ser “enfermera”
A la luz de lo que ha sucedido con el Covid, ¿qué cambios necesita el sistema sanitario para volver a ser excepcional?
El sistema sanitario, para salir reforzado de esta situación, necesita aprender de las lecciones que nos ha puesto la pandemia: asumir que el problema esté presente, anticipándonos a lo que ya sabemos seguro que vendrá. Para ello es preciso abordar y solucionar aspectos crónicos en nuestro sistema de salud. En especial en lo referido a la dotación de personal, no puede estar en niveles mínimos de forma habitual. Es especialmente significativo en colectivos como el de las enfermeras que tiene ratios insuficientes.
Además hay que comprender que el cuidado del ser humano es un acto esencial y que, cuando se esta en situación de falta de salud, ese cuidado deber ser proporcionado por otro, para prestarse de manera adecuada y segura se requiere de tiempo. El problema de falta de personal, antes aludido, dificulta esta prestación. Por todo ello el sistema sanitario necesita contar con las enfermeras en el nivel de diseño de la política sanitaria siendo necesario para dar respuesta a la situación actual que las enfermeras aporten su conocimiento en los lugares donde se toman decisiones que afectan a la población. Las enfermeras somos, como es evidente, el pilar fundamental en el que se sustenta la sanidad: esto es lo que se debe comprender para reforzar el sistema.
La dotación del personal sanitario no puede estar en niveles mínimos como ahora
Además el reconocimiento a los profesionales sanitarios, anima a mejorar, un hecho que ya fue descrito por Maslow en el siglo pasado pero que no por ello debe perder su importancia.
Las autoridades políticas y sanitarias deben también trabajar en las mejoras profesionales, de reconocimiento de nivel y por ende salariales, equiparándonos con otros países. A las enfermeras deben reconocérsele la formación actual que posee, sus competencias derivadas. También el desarrollo dentro del sistema sanitario de los niveles académicos superiores que ya alcanza.
