España participa en el proyecto europeo ‘Happy Patient’ para reducir el consumo inapropiado de antibióticos

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..Redacción.
La Unión Europea ha lanzado un nuevo proyecto, Happy Patient, para reducir el consumo inapropiado de antibióticos. El objetivo es prevenir hasta en un 40% la prescripción incorrecta y masiva de antibióticos en los distintos niveles de atención sanitaria. Los sanitarios juegan un papel fundamental para frenar este consumo inadecuado. Pero, para lograrlo, hace falta más concienciación. Una encuesta europea realizada a profesionales sanitarios y publicada en 2019 concluyó que el 75% de los médicos de Europa no conocen en profundidad las consecuencias de la resistencia a estos medicamentos.

España es uno de los ocho países europeos que participará en el proyecto durante los próximos tres años, a través de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC); el Instituto Catalán de la Salud (ICS), el Instituto de Investigación IDIAPJGol – Atención Primaria, la Universidad de las Palmas de Gran Canaria y su Fundación Parque Tecnológico como líderes en la evaluación de la estrategia y con el Instituto Universitario de Pacientes de la Universidad Internacional de Catalunya. Asimismo, el proyecto lo forman 16 organizaciones científicas, universitarias y clínicas de 8 países europeos (España, Francia, Alemania, Holanda, Polonia, Lituania, Grecia, Dinamarca y Noruega).

Durante tres años el proyecto investigará las necesidades de los países en los que más antibióticos se prescriben, entre ellos, España

A lo largo de estos 3 años se propone investigar las necesidades y realidades de cada país y estrategias y materiales de formación adaptadas en los países en los que más antibióticos se prescriben: España, Francia, Grecia y Polonia; y Lituania, cuyos datos de consumo se encuentran en la parte más baja del ranking europeo.

Según los responsables del proyecto “después de dos décadas de esfuerzo para abordar el crecimiento de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), la urgencia del problema es ahora aún mayor. El consumo inadecuado de antibióticos es el principal impulsor del desarrollo y la propagación crecientes de la resistencia a los antimicrobianos”.

Un sistema inmunológico expuesto en exceso a los antibióticos se encuentra en peores condiciones para afrontar un nuevo virus, como el SARS-CoV-2 para el que no hay defensas

Tanto es así que los datos de la Red Europea de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos (EARS-Net) muestran que en 2015 alrededor de 33.110 muertes fueron atribuibles a dicha resistencia, mientras que para 2050 esa cifra podría llegar a los 10 millones.

Antibióticos y Covid-19: una relación peligrosa
Todavía no existen estudios relevantes que vinculen una mayor mortalidad por Covid-19 a un historial nacional de mala prescripción de antibióticos. Sin embargo, los responsables de Happy Patient, destacan que un sistema inmunológico expuesto en exceso a los antibióticos se encuentra en peores condiciones para afrontar un nuevo virus para el que no hay defensas.

Dr. Llor (semFYC): “Las personas con enfermedades respiratorias están siendo tratadas con antibióticos en todo el mundo; sin que esto repercuta en la mejora de su salud ni en la eliminación del virus”

Un mayor número de complicaciones en pacientes expuestos a un uso prolongado de antibióticos son previsibles especialmente en el contexto de las residencias de ancianos. Allí el uso de antibióticos está cerca de ser arbitrario”, comenta el Dr. Carles Llor, investigador de la semFYC. Además, el médico de familia advierte de que, ante esta pandemia, “las personas con enfermedades respiratorias están siendo tratadas con antibióticos en todo el mundo; sin que esto repercuta en la mejora de su salud ni en la eliminación del virus”.

Por otro lado, el Dr. Llor considera que, “gracias a una consecuencia colateral de los confinamientos que han impedido el contacto cercano con los pacientes, se ha disminuido la prescripción de antibióticos a nivel europeo. Pero no ha sido por un cambio en la práctica farmacológica”.

Además, el experto insiste en que la pandemia “puede ser una oportunidad única para hacer borrón y cuenta nueva en las costumbres y los automatismos de antibióticos a los que recurren demasiados profesionales de la salud cuando tienen que navegar por los mares de la incertidumbre diagnóstica”.

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