Luis de Haro. Director general de iSanidad.
Es así de triste, la lista de ex ministros de Sanidad crece demasiado rápido. Casi es difícil estar en una reunión profesional en la que no puedas encontrar un ministro de Sanidad. Decía Fernando Simón que ya ha trabajado con siete ministros, desde su incorporación en 2012 al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Pocos me parecen al ritmo que vamos.
Casi es difícil estar en una reunión profesional en la que no puedas encontrar un ministro de Sanidad
El problema es que ya no hace falta tener pedrigrí para ser ministro de Sanidad. Hace tiempo que se viene escuchando la cantinela de la necesidad de una “revolución” en el sistema sanitario. Sin embargo, está claro, si pones a un sanitario puedes pedir resultados sanitarios, pero si pones a un político tendrás resultados políticos. Si la salida de Salvador Illa podía verse como una oportunidad para las reformas en el Ministerio y en el sistema, ¿qué sucederá con la llegada de Carolina Darias? Pues no sabemos todavía, aunque ha dicho que su modelo es el de su predecesor.
Un amigo canario que la conoce bien asegura que “es buena gente”, pero que no sabe nada de sanidad. Lo importante, entonces, es que se rodee de un buen equipo. Si se rodea de los mismos, está claro, tendremos los mismos resultados. Decía Einstein que es de tontos esperar resultados distintos haciendo lo mismo.
Si pones a un sanitario de ministro puedes pedir resultados sanitarios, pero si pones a un político tendrás resultados políticos
Es una idea fácilmente aplicable al Ministerio de Sanidad. Acaba de llegar una persona que sabe tanto de sanidad como lo sabía su predecesor cuando llegó, es decir, nada. A Illa se le ha acusado de cometer graves errores, de no ser dialogante y de estar más pendiente de Cataluña que del Ministerio. Es lógico pensar entonces que si ponemos una persona con su mismo conocimiento y perfil tendremos los mismos resultados.
Si todas las profesiones han pedido un profesional sanitario, ¿por qué no ponerlo? Probablemente porque son más importantes los intereses políticos que los resultados sanitarios. Si esta es la forma de luchar contra la peor crisis sanitaria de nuestra historia personal, mal vamos.
Con Carolina Darias comienza un nuevo proyecto, otra vez. Ojalá sea el momento de ver esos nuevos horizontes que tanta falta hacen. Profesionales y pacientes agradecerán que el sistema sanitario tenga, por fin, un rumbo para los próximos 15 años.
