¿Qué hemos aprendido en tres años de #SaludSinBulos?. Ricardo Mariscal

SaludsinBulos

..Ricardo A. Mariscal López. COM SALUD.
Este mes de febrero se ha cumplido tres años desde el nacimiento del Instituto #SaludsinBulos, una iniciativa de un grupo de profesionales de la comunicación en salud a la que pronto se sumaron muchos expertos sanitarios y sociedades científicas. Personalmente, desde un principio creí que este proyecto era muy necesario para cubrir un vacío y una necesidad social. Su gran logro: reunir de forma multidisciplinar a muchas entidades y personas diferentes, pero del mismo ámbito sanitario con un fin compartido: frenar los bulos de salud.

#SaludsinBulos es una iniciativa de un grupo de profesionales de la comunicación en salud a la que pronto se sumaron muchos expertos sanitarios y sociedades científicas

El camino ha sido largo, hemos cometido errores, pero también aciertos y es un buen momento para reflexionar sobre todo lo aprendido. He aquí en cuatro puntos algunas enseñanzas de estos tres años de vida:

  1. Los bulos de salud no han parado de crecer. La pandemia, como todos sabemos, supuso el punto de inflexión. Los bulos sobre el coronavirus empezaron a abrir informativos de televisión, copar tertulias radiofónicas, acaparar titulares… nuestra labor se convirtió en más necesaria que nunca y más visible. Ya nada será lo mismo. Pero, tras la concienciación y el interés despertado en la sociedad por los bulos sanitarios, ahora llega la caída, el hastío y el desinterés que debemos combatir. Tenemos que hacerlo así porque los vendedores de pseudoterapias siguen muy activos y, cada vez más organizados, ahora aliados a grupos de negacionistas y antivacunas. 
  2. Tenemos grandes divulgadores sanitarios. La experiencia de #Saludsinbulos ha servido también para descubrir y dar más visibilidad a grandes divulgadores sanitarios. Ellos aportan la evidencia científica y el conocimiento para desmontar los bulos de salud y lo hacen de forma desinteresada. No puedo mencionar ningún nombre pues, afortunadamente, son muchos.
  3. Los apoyos vienen y van. La riqueza de #SaludsinBulos es que se trata de un proyecto en continuo movimiento, con aportaciones voluntarias de profesionales y organizaciones. A estas aportaciones no se les puede exigir continuidad, aunque sí cierto nivel de compromiso. Ha habido muy fugaces, que se quedaron en nada y otros a quienes cabía pedirles menos compromiso y dieron mucho más de lo que se esperaba de ellos. Todos han sumado.
  4. Hay un trabajo diario. Es común olvidar que, tras los nombres de grandes divulgadores o de sociedades científicas ampliamente conocidas o de quienes aparecen en las fotos firmando los acuerdos hay un trabajo diario, silencioso y anónimo. Es la labor de quienes llevan la secretaría técnica de #SaludsinBulos. Son las personas que trabajan las alianzas, buscan los expertos, contribuyen a detectar los bulos, publican y diseñan en la web y mantienen el proyecto vivo. No aparecen en entrevistas ni se ve su nombre, pero sin ellos no existiría #SaludsinBulos.

¿Sigue siendo necesario #SaludsinBulos? Yo creo que sí pues hay todavía una labor muy importante de formación entre pacientes y profesionales sanitarios por hacer. Por ganas no será y os esperamos en nuestro próximo aniversario.

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