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Hasta el 10% de los casos de trastornos del movimiento que se diagnostican cada año en España corresponden a un trastorno del movimiento funcional, un tipo de patología que afecta a entre el 0,2-2% de la población en el país. Pero algunos estudios apuntan que hasta el 61% de los pacientes con estos trastornos podría tener un diagnóstico erróneo. En este contexto, la Sociedad Española de Neurología (SEN) acaba de publicar el Manual de Recomendaciones para el Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos del Movimiento Funcionales.
Hasta el 10% de los casos de trastornos del movimiento que se diagnostican cada año en España corresponden a un trastorno del movimiento funcional
Es uno de los primeros documentos sobre trastornos neurológicos funcionales (TNF) publicado dentro de una sociedad neurológica europea. Según explica el Dr. Diego Santos, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN, tradicionalmente los pacientes con algún tipo de TNF “han estado vagando entre los servicios de neurología y la psiquiatría sin que ninguna de las dos especialidades tomara la responsabilidad completa sobre su manejo y seguimiento”.
Pero apunta que este tipo trastornos, principalmente los que se encuadran en los trastornos del movimiento, tienen una alta prevalencia en las consultas de neurología. “En los centros españoles hasta el 9% de las consultas a neurólogos han sido por este motivo, y en las consultas especializadas de trastornos del movimiento pueden suponer hasta el 20% de los casos evaluados”, señala.
Dr. Santos: “Los pacientes con trastornos neurológicos funcionales han estado vagando entre los servicios de neurología y la psiquiatría”
Así, la SEN ha elaborado el manual para “tratar de mejorar la atención a estos pacientes, dado el grado de discapacidad y el consumo de recursos sanitarios y sociales que pueden llegar a necesitar”. De hecho, los trastornos del movimiento funcionales se encuentran entre las causas más comunes de discapacidad neurológica. Y es que, además del trastorno del movimiento que padezcan, hasta un 76% de los pacientes presentan dolor en la zona afectada y hasta un 50% describen este dolor como severo y extremo.
Por otra parte, hasta el 74% de los pacientes presentan dos síntomas de forma conjunta. Además, en un 10-15% de los casos, los pacientes tienen asociado otro tipo de trastorno, generalmente alguna enfermedad neurológica, que dificulta aún más su diagnóstico. Por esa razón, el alto índice de diagnóstico erróneo, que llega al 61% según algunos estudios.
Son una de las causas más comunes de discapacidad neurológica; hasta un 76% de los pacientes presentan dolor en la zona afectada y hasta un 50% describen este dolor como severo y extremo
“A pesar de todos estos datos, continúa existiendo en la comunidad médica la asunción de que los TNF no son ‘reales’, que los pacientes que presentan síntomas funcionales están simulando, o que la labor del médico debe ser únicamente descartar otras patologías, en vez de potenciar el diagnóstico en positivo e iniciar el plan terapéutico en cada paciente”, señala el Dr. Diego Santos, que espera que el manual ayude a residentes, neurólogos clínicos y a todos los profesionales de la salud que tengan que tomar decisiones diagnósticas o terapéuticas sobre estos pacientes. También confían en que genere interés científico “sobre estos trastornos tan enigmáticos“.
Los pacientes con trastornos del movimiento funcionales pueden presentar cualquier trastorno del movimiento conocido. Frecuentemente son temblor, distonía, lentitud de movimiento o alteración de la marcha. Pero también pueden ser una combinación de todos ellos. Se deben a una alteración del sistema nervioso, pero con la peculiaridad de que la causa ni es una enfermedad neurológica ni se genera de forma voluntaria. Por tanto no se encuentran alteraciones en las pruebas médicas que se realizan.
“Continúa existiendo en la comunidad médica la asunción de que los TNF no son ‘reales’, que los pacientes que presentan síntomas funcionales están simulando”
Por esa razón, clásicamente, se han relacionado estos trastornos con estrés o con una dificultad emocional subyacente. Además, el hecho de que las pruebas médicas realizadas sean normales, genera muchas dificultades para encontrar un diagnóstico, lo que en general lleva implícito la persistencia o el empeoramiento de los síntomas físicos, además de incertidumbre y angustia en pacientes y familiares.
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