..Juan Pablo Ramírez.
La incidencia de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) ha aumentado en los últimos años. La llegada de los nuevos fármacos biológicos ha cambiado “radicalmente” el abordaje de estos pacientes. La vicepresidenta del Grupo Español de Tranajo de Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (Geteccu) y jefa de Sección de Medicina Digestiva del Hospital General Universitario de Alicante, la Dra. Ana Gutiérrez, subraya que la ciencia necesita avanzar en este conocimiento de los mecanismos implicados en la inflamación y también en la fibrosis en la EII, lo que permitirá investgar nuevos tratamientos.
¿Por qué se ha producido un incremento de la incidencia en los últimos años?
El incremento en la incidencia de la enfermedad inflamatoria intestinal se observa sobre todo en países en vías de desarrollo, de industrialización, mientras que en los países desarrollados parece que se ha estabilizado. Todos estos hechos se atribuyen a la globalización y a la adopción de un estilo de vida “occidentalizado”, tanto en cuanto a la dieta como respecto a otras costumbres en estas regiones del mundo que hace unas décadas tenían una incidencia mucho menor.
Dado que la EII es una enfermedad crónica y su tasa de mortalidad es similar a la de la población general, su prevalencia va en aumento en todo el mundo, y hoy por hoy la hemos de considerar una enfermedad global.
El lapso de tiempo desde que el paciente presenta síntomas hasta que se diagnostica la EII existe pero por suerte ha disminuido
¿Cuál es el nivel de infradiagnóstico?
Más que de infradiagnóstico yo hablaría de retraso en el diagnóstico, y este lapso de tiempo desde que el paciente presenta síntomas hasta que se diagnostica existe pero por suerte ha disminuido. Algun estudio reciente encuentra que la media de tiempo de diagnóstico desde el inicio de los sintomas es de siete meses para enfermedad de Crohn y de tres para la colitis ulcerosa. Hace años este retraso en el diagnóstico era mucho mayor, sobre todo para la enfermedad de Crohn que no se suele manifestar por sangrado sino por dolor o diarrea, pudiendo ser diagnosticados los pacientes de síndrome de intestino irritable u otras enfermedades.
Sin duda nuestro grupo de trabajo español en Crohn y Colitis Ulcerosa (Geteccu) lleva haciendo una gran labor de difusión de conocimiento de la EII desde hace muchos años que ha contribuido a la óptima formación de los gastroenterólogos del país en EII y ha dismuir ese retraso diagnóstico. Por otra parte, el desarrollo de los métodos diagnósticos de imagen, endoscópicos y analíticos han ayudado a mejorar y acelerar el diagnóstico de los pacientes con EII.
¿Cómo ha afectado la pandemia al seguimiento de estos pacientes?
Pues hemos pasado por diversas etapas; desde una muy inicial de gran desconocimiento y adaptación a la pandemia y confinamiento general de la población que nos obligó a reducir al máximo la presencialidad en los centros sanitarios, a una situación de estabilización dentro del riesgo todavía existente. En esta nueva etapa combinamos la atención presencial con la telemedicina, sobre todo mediante llamadas telefónicas en pacientes que están estables.
La media de tiempo de diagnóstico es de siete meses para enfermedad de Crohn y de tres para la colitis ulcerosa
¿Puede ser la telemedicina una herramienta útil para los pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa?
Sin duda alguna. Y los gastroenterólogos que nos dedicamos a la atención de pacientes con EII ya estabámos muy acostumbrados previamente a este tipo de atención pues nuestros hospitales de día se servían de la consulta telefónica y de los mails para el contacto fluído y constante con nuestros pacientes, dada la naturaleza de la EII que cursa en brotes.
La pandemia ha puesto en valor este recurso y creo que en futuro próximo iremos un paso más allá y utilizaremos aplicaciones de control remoto en los dispositivos móviles de los pacientes, junto con otras herramientas muy útiles como la determinación de calprotectina fecal desde casa, por ejemplo. Pero quiero remarcar que por supuesto es complementaria, nunca sustitutiva de la atención presencial a los enfermos y siempre individualizando el paciente y su situación clínica.
¿Cómo han cambiado los nuevos anticuerpos monoclonales el abordaje de estos pacientes?
Radicalmente. La llegada de los primeros biológicos, ha sido uno de los grandes hitos en el tratamiento de los pacientes con EII, consiguiendo cambiar la vida de muchos pacientes, disminuyendo la necesidad de cirugía y hospitalizaciones. Además en los ulitmos años se han desarrollado e incorporado al arsenal terapeútico distintos mecanismos de acción dentro de los fármacos biológicos, posibilitanto rescatar pacientes que no han respondido a fármacos o han perdido la respuesta que tuvieron inicialmente.
Las interacciones inmunológicas son especialmente complejas lo que condiciona que los tratamientos contra la EII no sean perfectos
¿En qué perfiles están indicados?
En pacientes con EII moderada o grave, con manifestaciones extraintestinales o fístulas perianales complejas y también en aquellos que son dependientes de los corticoides para controlar su enfermedad. Además hay otros pacientes con criterios de mal pronóstico por tener enfermedades muy extensas o ser muy jóvenes en los que está indicado usarlos desde fases precoces de la enfermedad para intentar evitar complicaciones y progresión.
¿Cuál es el paso siguiente en la investigación de nuevos tratamientos para hacer frente a esta enfermedad?
Seguir expandiendo el armamentario terapeútico con distintos mecanismo de acción, vias de administración más cómodas, más específicos para mejorar la seguridad y sobre todo intentar encontrar factores predictivos de respuesta a los fármacos, para poder posicionar los distintos fármacos de que disponemos de la manera más óptima posible.
Sabemos que el sistema inmunológico juega un papel importante, pero ¿qué sabemos de las causas de la enfermedad y hacia dónde debe dirigirse la ciencia?
Nuestro conocimiento fisiopatológico de la EII, especialmente inmunológico también ha evolucionado mucho pero no está completamente dilucidado. Las interacciones inmunológicas son especialmente complejas lo que condiciona que los tratamientos no sean perfectos. Por tanto, la ciencia necesita avanzar en este conocimiento de los mecanismos implicados en la inflamación y también en la fibrosis en la EII. Cuanto más se avance en este conocimiento mayor número de nuevas moléculas dirigidas a distintas dianas se podrán desarrollar.