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El pasado 17 de mayo, se celebró el 35 Congreso de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (Secip). En el marco de este encuentro se realizó un simposio organizado por Alexion sobre el Síndrome Hemolítico Urémico Atípico (SHUa), una conversación entre intensivista y nefrólogo pediátrico bajo el título “Diálogos sobre SHUa, dos puntos de vista de una misma realidad“. El Dr. Antonio Rodríguez Núñez, intensivista pediátrico Hospital Clínico Universitario Santiago (CHUS), moderador del encuentro y un referente dentro del sector, ha atendido a iSanidad para hablar acerca del SHU, la causa más común de insuficiencia renal aguda en niños. “El desafío inicial en SHU es conseguir estabilizar al paciente sabiendo lo que tiene“, ha explicado.
¿Qué es el SHU y cuál es su sintomatología?
El síndrome hemolítico urémico es un trastorno que es difícil de definir como tal. Es un síndrome raro donde se produce una alteración de la función del complemento que provoca una microtrombosis con fallo renal que da lugar a una anemia hemolítica microangiopática.
¿Cuál es la incidencia del SHU?
La incidencia es muy baja. Es una enfermedad rara y alguno de los subtipos se considera ultrarara. Es poco conocida porque todavía se está empezando a comprender la enfermedad. No hay cifras oficiales, hay algunos registros tanto nacionales como internacionales, pero la incidencia es muy baja.
No hay cifras oficiales, hay algunos registros tanto nacionales como internacionales, pero la incidencia del Síndrome Hemolítico Hurémico es muy baja
¿Qué reto supone para los intensivistas y nefrólogos el abordaje de los pacientes con SHUa?
Para los intensivistas supone un reto porque son situaciones agudas graves en donde el paciente muchas veces llega sin orinar o tiene un fallo renal grave y puede tener otras manifestaciones en otros órganos como el cerebro, el corazón o el intestino. Entonces, son pacientes críticos donde su vida corre peligro. En esta fase inicial, el intensivista busca por un lado estabilizar al paciente y, por otro lado, identificar lo que le pasa al paciente. Ese sería el principal reto para el intensivista. En cambio, para el nefrólogo el reto es saber exactamente la causa del problema y, para aquellos casos en los que haya un tratamiento específico como, por ejemplo, en el síndrome hemolítico urémico atípico (SHUa), administrar ese tratamiento.
En esta fase inicial, el intensivista busca por un lado estabilizar al paciente y, por otro lado, identificar lo que le pasa al paciente
¿Qué dificultades presenta el diagnóstico? ¿Cuál es la importancia de lograr un diagnóstico precoz para tratar a tiempo a estos pacientes?
El principal problema del diagnóstico es que es un síndrome que puede ser causado por varios procesos. Además tiene una clínica que puede no ser muy distinguible de otras enfermedades como la sepsis. Al tener unas manifestaciones clínicas que no son específicas, resulta difícil saber con que enfermedad nos encontramos. El segundo problema es que el diagnóstico del tipo exacto del SHU depende de una serie de pruebas, algunas son relativamente rápidas y otras tardan más tiempo como el caso de las pruebas genéticas, que pueden tardar meses. El desafío inicial en SHU es conseguir estabilizar al paciente sabiendo lo que tiene. El segundo reto es identificarlo perfectamente, incluso con las pruebas genéticas, para conseguir establecer un tratamiento y un pronóstico adecuado.
El segundo reto es identificarlo perfectamente para conseguir establecer un tratamiento y un pronóstico adecuado
Cada tipo de SHU tiene un tratamiento, de ahí la importancia de hacer un diagnóstico específico. Si sabemos exactamente qué tipo es, podremos dar el tratamiento especifico lo antes posible. Para eso, como son situaciones raras y complicadas, es esencial que colaboren mano a mano dos especialistas: intensivistas pediátricos y nefrólogos pediátricos. Es lo que solemos hacer habitualmente, cada uno aporta su conocimiento y su experiencia.
Es esencial que colaboren mano a mano dos especialistas: intensivistas pediátricos y nefrólogos pediátricos
¿Cómo ha impactado el Covid-19 tanto en este tipo de pacientes como en las unidades de cuidados intensivos pediátricas?
Por suerte, la pandemia no ha tenido una gran repercusión sobre este tipo de pacientes. Cuando hay un paciente que puede tener un síndrome de este tipo se activan todas las alertas, con o sin pandemia la atención que reciben es muy sofisticada y prioritaria. En cuanto a la atención general, por suerte los niños no han sido muy afectados por el Covid desde el punto de vista respiratorio. Si que ha aparecido el síndrome inflamatorio multisistémico que es una enfermedad bastante específica que ha atacado más a los niños al cabo de unas semanas o meses después del Covid, pero por suerte no hemos tenido tampoco muchos casos. Si que es verdad que el coronavirus ha hecho que otras patologías tengan un cierto retraso en la atención. En las UCIs de pediatría los niños no se han visto afectados, aunque muchas UCIs de pediatría se han reconvertido a UCIs de adultos para ayudar a nuestros compañeros.