..Redacción.
Los profesionales sanitarios que sufren un cuadro de Covid persistente se han asociado para denunciar la falta de apoyo de la Administración pública. Denuncian que pese a contraer la enfermedad ejerciendo su labor, sin mascarillas ni EPI en los primeros momentos, se cataloga su dolencia como enfermedad común. Consideran que es enfermedad profesional. Así lo dispuso el Gobierno hace unos meses, pero en la práctica, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) no aplica esa medida.
Las estimaciones iniciales sugieren que 11.000 sanitarios se hallan en esta situación, 2.000 de ellos con una gran incapacidad. Mucho tiempo después de la infección, sufren cansancio extremo, dolores de cabeza, crisis epilépticas, dificultad respiratoria y un amplísimo abanico de secuelas.
“Somos ancianas atrapadas en el cuerpo de una enfermera de 40 años. Nos ha afectado en el plano laboral y personal”
“Somos ancianas atrapadas en el cuerpo de una enfermera de 40 años. Nos ha afectado en el plano laboral y personal y hay muchos sanitarios en esta situación, pues algunos estudios indican que el Covid persistente, a largo plazo, afecta a uno de cada diez infectados. Muchos no podemos trabajar, al menos no en el mismo puesto que teníamos antes porque se puede estar poniendo en riesgo la vida de un tercero”, asegura Eugenia Díez, enfermera del hospital Doce de Octubre de Madrid.
Testimonios
Es el caso de Natalia Ortiz, enfermera del Hospital Infanta Sofía de Madrid, cuyos síntomas neurológicos le están afectando seriamente a su día a día. “Me contagié en abril del año pasado, en la primera ola cuando no teníamos material suficiente”, recuerda. “Pasé cuarenta días en aislamiento porque no negativizaba la PCR y durante ese tiempo tuve cefaleas intensas, diarreas, conjuntivitis, dolor torácico, fiebre… Pensé que todo aquello mejoraría tras salir del aislamiento, pero no fue así. Notaba que había perdido muchísima memoria, no me concentraba, tenía olvidos continuos, dejaba el fuego puesto en la cocina… Sufría dolores articulares que me obligaban a parar, taquicardias, me ahogo al hablar, escribo las palabras desordenadas y lo peor es que en marzo he debutado con crisis epilépticas. No soy capaz de leer un libro, me desoriento en la calle y me pierdo. Me han hecho pruebas y salen bien, voy de médico en médico. Sigo de baja, pero otros compañeros están dados de alta de forma automática y si situación es tan mala -o incluso peor- que la mía”.
“No hay garantías de que una complicación respiratoria que se produzca, por ejemplo, dentro de una década se pueda considerar consecuencia del Covid”
A enfermeras, médicos o personal de centros sociosanitarios con Covid persistente se les trata como víctimas de una enfermedad común. Deberían catalogarse como enfermedad profesional y realizar su seguimiento y control a lo largo de toda la vida. Así, no hay garantías de que una complicación respiratoria que se produzca, por ejemplo, dentro de una década se pueda considerar consecuencia del Covid. Además, se están dando casos de despidos en los centros sanitarios o se deniega al afectado un cambio a un puesto más acorde a su situación actual. Es clave que haya una adaptación de puestos de trabajo para los profesionales afectados.
Apoyo total del Consejo de Enfermería
“Desde el Consejo General de Enfermería vamos a apoyar a todas las enfermeras y enfermeros que se hallen en esta situación. Son testimonios dramáticos e indignantes”, explica el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.
“Son testimonios dramáticos e indignantes”, explica el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya
Indica que “vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que el Instituto Nacional de la Seguridad Social declare como enfermedad profesional estas secuelas tan importantes que tienen miles de profesionales sanitarios en nuestro país. Las Autoridades sanitarias deben brindarles todas las prestaciones que necesiten”.