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Investigadores y médicos especialistas en oncología no se cansan de repetir lo importante que resulta una detección temprana de los tumores. Y así lo ha vuelto a destacar el Dr. Piero Crespo, biólogo y director del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (IBBTEC), que no duda en afirmar que “en el cáncer, un diagnóstico precoz salva muchas más vidas que el mejor de los tratamientos”.
En una entrevista realizada por Alejandro Parrilla y publicada en CSIC Investiga, la nueva revista del Centro Superior de Investigaciones Científicas, al que pertenece el IBBITEC, centro mixto de la Universidad de Cantabria y del Gobierno autonómico, el Dr. Crespo señala por qué es tan difícil hallar tratamientos para el cáncer, qué líneas de investigación desarrolla el Instituto de Biomedicina, donde también trabajan en el reposicionamiento de antitumorales frente al SARS-CoV-2, y pronostica que en los próximos 25 años podría alcanzarse una supervivencia del 70% en esta enfermedad.
“A medida que vayamos conociendo y tratando distintos tipos de tumores, surgirán nuevas tipologías más”
“La mayoría de las veces, diagnosticar el cáncer en sus estadios preliminares posibilita que los tumores puedan ser extirpados quirúrgicamente, con lo cual ya no hay cáncer”, explica. Pero cree que es “muy difícil” responder a si se va a erradicar el cáncer. “Hoy en día, se tratan con grandes posibilidades de éxito más del 50% de los tumores, siempre que se diagnostiquen en estadios tempranos. Y hay algunos tipos en los que se logran supervivencias superiores a cinco años en más del 90% de los casos. Muy probablemente en un futuro próximo, este número se incrementará”.
Son perspectivas muy buenas, pero el investigador apunta que “a medida que vayamos conociendo y tratando distintos tipos de tumores, surgirán nuevas tipologías más”. La razón es el propio origen del cáncer, “un problema de mecanismos biológicos básicos”, por lo que reconoce que “siempre habrá algo que se nos escape”.
“El cáncer reside en fallos en la regulación de los procesos más íntimos y esenciales de las células. Es muy complicado encontrar un tratamiento lo suficientemente específico que afecte solamente a las células cancerosas sin afectar a las células normales”
Y son, precisamente, esas anomalías que generan el cáncer, una de las dos principales razones que dificultan hallar tratamientos efectivos. “El cáncer reside en fallos en la regulación de los procesos más íntimos y esenciales de las células, que son la proliferación, la diferenciación y la supervivencia”, recuerda el director del IBBTEC. Esto hace que sea “muy complicado encontrar un tratamiento lo suficientemente específico que afecte solamente a las células cancerosas sin afectar a las células normales” y este es “el problema”, añade, ya que “los fármacos antitumorales son, en mayor o menor grado, tóxicos para las células normales”.
El otro gran hándicap de esta enfermedad es que hay “aproximadamente 200 enfermedades distintas” dentro del “cajón de sastre” del cáncer. “En muchos casos, las diferencias entre unas y otras son muy grandes”, señala.
Los principales avances del IBBTEC para el Dr. Crespo en cáncer son la identificación del papel del gen Arid2 en los tumores de pulmón más agresivos y el hallazgo de la dimerización ERK como una posible diana
Para el director del IBBTEC, uno de los principales avances alcanzados en este centro de investigación en biomedicina es la identificación del papel del gen Arid2 en los cánceres de pulmón más agresivos y el hallazgo de la dimerización ERK como una posible diana “terapéutica tremendamente prometedora”. En este sentido, han encontrado fármacos que, “dirigidos a bloquear la dimerización de ERK, tienen aplicabilidad terapéutica como antitumorales en modelos preclínicos”.
Son varias las líneas de investigación abiertas en el centro cántabro. El propio Piero Crespo trabaja en la progresión del cáncer a partir de la investigación de rutas de señalización que forman parte del avance del tumor. De esta forma trata de hallar nuevas dianas terapéuticas.
“Intentamos dilucidar si los inhibidores de MAP quinasas, en concreto inhibidores de MEK, podrían también tener un efecto antiviral” frente al SARS-Cov-2
Ahora, el centro trata poner el conocimiento adquirido en cáncer al servicio de posibles tratamientos para el SARS-CoV-2. Según explica el científico, “el proyecto se basa en observaciones preliminares de los dos brotes de coronavirus anteriores: SARS1 y MERS”. En estudios preclínicos vieron que algunos inhibidores MAP quinasas impedían que el virus se replicara en las células.
“Basándonos en estos experimentos, intentamos dilucidar si los inhibidores de MAP quinasas, en concreto inhibidores de MEK, que actualmente se están utilizando con éxito para tratar tumores como el melanoma metastático, podrían también tener un efecto antiviral”, explica En caso de que tuvieran este efecto, “se podría obtener un medicamento rápidamente”, apunta, ya que estos fármacos ya fueron aprobados por las agencias reguladoras de Estados Unidos y de Europa.
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