Con una nueva producción, llena de brillo y aciertos, el Teatro Nacional de la Zarzuela, tras veinte años, sube de nuevo a su escenario Los Gavilanes. Es uno de los títulos más entrañables y populares de esta especialidad lírica. Concebida en tres actos y cinco cuadros, está basada en el libreto del escritor José Ramos Martín. Se estrenó en su escenario hace casi cien años, concretamente en 1923.
Aún cuando el desarrollo de su argumento original, el libretista lo situó en una pequeña aldea de la Provenza francesa. Su acción puede hoy trasladarse sin problema de ningún tipo a cualquier lugar de la geografía española.
La acción de Los Gavilanes puede hoy trasladarse sin problema de ningún tipo a cualquier lugar de la geografía española
¿Quién no recuerda momentos tan bellos y conocidos números musicales como “El dinero que atesoro…“, “soy joven y enamorado…“, o el famoso “Amigos, siempre amigos“. Todos tan utilizado para otras señaladas ocasiones, o la bellísima y difícil romanza “La rosa roja”?
Es una obra que a lo largo de sus casi cien años de historia ha proporcionado tanto nombre como prestigio a los diversos cantantes que la han interpretado. Lo ha hecho gracias gracias a la expresividad y atractivo de sus numerosos y conocidos pasajes. A Los Gavilanes, a pesar de su edad, hay que considerarla como una zarzuela moderna y cosmopolita dada su excelente y cuidada melodía y de estar basada en un más que discutido libreto.
En ella, además del socorrido tema del amor, se aborda el trasfondo social de los matrimonios económicamente desiguales. Asó como el valor que en aquella época se le daba al tema del dinero legalmente conseguido por aquellas ¿valerosas? personas que, con su denotado esfuerzo, tras bastantes años de lucha, llegan a conseguir una auténtica fortuna económica.
Además del socorrido tema del amor, se aborda el trasfondo social de los matrimonios económicamente desiguales
Como refleja Mario Gas en el programa de mano, este título del maestro Guerrero, para su mejor comprensión, necesita y exige que su historia se cuente de una manera clara y sencilla, como en este caso se ha realizado.
Puesta en escena
Para la reposición de Los Gavilanes, la Zarzuela ha seleccionado un excelente y amplio equipo artístico, tanto para abordar la parte sonora como la escénica. Un doble y prestigioso elenco que ha acompañado al director musical Jordi Bernácer -que debuta con esta obra y gracias a la tradicional y precisa entrega de la Orquesta de la Comunidad de Madrid -titular del Teatro– ha realizado una buenísima versión de su difícil partitura, plagada de numerosos matices musicales.
La Zarzuela ha seleccionado un excelente y amplio equipo artístico, tanto para abordar la parte sonora como la escénica
La parte escénica ha sido felizmente llevada a cabo por Mario Gas y Ezio Frigerio que realizaron una ingente labor para aprovechar al máximo las limitaciones que el escenario tiene, estuvo magníficamente acompañada por los vistosos y variados audiovisuales de Sergui Metalli, igual que la excelente iluminación de Vinicio Cheli.
Juan Jesús Rodríguez y Mª José Montiel ofrecieron unos atractivos Juan -el indiano- y Adriana, sumamente convincentes ambos,tanto en la parte vocal como en la escénica. Igual que Ismael Jordi, otro interesante Gustavo-el joven enamorado de Rosaura–, que puso de manifiesto la bondad de su delicada voz en la siempre comprometida romanza “la rosa roja” fue, con justicia, generosamente aplaudido. Del resto del reparto escénico, dada la naturaleza de sus papeles, destacaron por su gracia y buen hacer los actores cantantes Esteve Ferrer (Triquet) y Lander Iglesias (alcalde del Pueblo) Se movieron bien y cantaron con valentía. El coro, al que el compositor le otorga en esta obra un papel casi estelar, demostró una vez más, el excelente trabajo que con él realiza su ya veterano director, Antonio Fauró.
